Una vida monótona, con padres amorosos e importantes, hermanos elegantes y exitosos, todo pinta bien para la familia Ubayashiki luego de mudarse por motivos de trabajo.
Kagaya Ubayashiki, su padre que trabaja para el gobierno siendo un hombre de la...
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Ataque
Tan pronto como llegaron a la base fueron escoltados, el soldado herido fue directo al área medica junto al sospechoso herido, mientras que el segundo sospechoso fue a ser interrogado por Kagaya y Genya.
Encerrados en una habitación de paredes grises y una única luz colgando del techo mirando al hombre de piel morena, cabello oscuro largo y alborotado, su sonrisa de dientes amarillos chuecos y una cicatriz en la mitad de la cara.
— ¿Por qué lo tenías atado, era acaso un rehén? — Habla Kagaya.
La habitación es oscura, sobre sus cabezas hay una antigua lámpara de luz blanca que ilumina solo una pequeña parte del cuarto que les permite ver el rostro del supuesto terrorista y los papeles en la carpeta en sus manos.
— No, es mi amigo, se volvió loco y lo amarre.
— ¿Por qué se volvería loco? — Cruzo los dedos sobre la mesa y lo vio confundido.
— ¿Por qué? — amplio su sonrisa — Buena pregunta.
Ríe un poco y se acomoda en la silla para contar su historia favorita. Genya mira de soslayo a Kagaya, estaban acostumbrados a interrogar a los culpables juntos, pero este hombre tenía algo diferente su perversa mirada lo asustaba y era difícil reconocerlo.
— Era un cobarde debilucho, así que le di la solución a su problema.
— ¿A qué se refiere? — Pregunta Genya sorprendida de que su sonrisa pudiera seguir creciendo. Era casi inhumano.
— Lo volví igual de agresivo cuál perro rabioso, fuerte como gorila y rápido como un leopardo fue sencillo, solo tuve que matar unos cuantos animales del zoológico e inyectar en mi amado amigo una sustancia que le dió todas estas habilidades ¡Soy el mejor amigo que podrías pedir!
Estalló en carcajadas llorando de la risa, Kagaya y Genya intercambiaron miradas extrañados, era verdad que hace poco se había anunciado que dos animales del zoológico fallecieron, pero nunca se dijo que fueron asesinados, solo que se trataba de una muerte por causas naturales. Las piezas parecían encajar pero seguir sin tener sentido aunque las juntas todas, pudo notar la preocupación en el siempre relajado rostro de su acompañante, algo andaba mal.
— ¿Qué hizo con los animales?
— Ya le dije, los mate y los use para inyectar un suero mágico a mi amigo.
Dijo con indiferencia.
— Voy a informar de esto a la doctora, tu quédate.
Ordenó Kagaya que salió por la puerta dejando solo a Genya con el criminal que no paraba de sonreír. Estaba inquieto, no sabía que hacer, esto no era algo común para lo que estaba preparado, se trataba de un lunático que había asesinado animales usándolos para experimentos.
