Una vida monótona, con padres amorosos e importantes, hermanos elegantes y exitosos, todo pinta bien para la familia Ubayashiki luego de mudarse por motivos de trabajo.
Kagaya Ubayashiki, su padre que trabaja para el gobierno siendo un hombre de la...
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El Distrito Rojo.
Kanata observa como trabaja con agilidad, no comprende nada de lo que hace ni para que funcionan todas las cosas que mezcla en un frasco y luego inyecta en la piel de Genya, le recuerda a un posible científico loco.
Genya sudaba a mares, manteniendo la conciencia a duras penas, el aparentemente doctor le pedía que lo mantuviera despierto, podía golpearlo de ser necesario, solo esperaba no llegar a ese extremo. Se mantuvo a un lado de Genya impaciente temiendo lo que podría suceder.
— ¡Lo tengo! — El de cabellos verdes sonrió triunfante y enterró la aguja en el brazo de Genya sin delicadeza. Genya gruño de dolor y se agito mirando la aguja en su brazo sin poder creerlo.
— ¿Qué hiciste?
Le pregunto la albina sin comprender, la angustia era notoria en sus palabras, aparto el cabello del rostro de Genya lo miro notando como sus ojos volvían a su estado natural.
— Creo que conseguí salvarlo — Dijo sin mucha seguridad.
El doctor le tomo la tensión, la temperatura y escucho los latidos de su corazón sonriendo triunfante.
— Tu noviecito estara bien, pero hay que tenerlo vigilado, no sabemos si aún es capaz de contagiarnos o querer atacarnos — Dijo mostrando los colmillos de Genya levantando ligeramente su labio para luego ver sus garras.
— ¿De verdad? — Pregunto con una sonrisa ignorando la primera oración.
— Si. Está caliente, respira y su corazón late, eso es suficiente para saber que no es un "zombie" — Hizo comillas con los dedos, se quitó los guantes y los tiro a la basura.
— Será mejor que salgas, no sabemos si el aire es contagioso.
Apoyo la mano en la espalda de Kanata y la llevo fuera de la habitación. Cerró la puerta y se quitó el cubrebocas.
— Seguro te preguntas quién soy — Dijo y extendió la mano — soy Yushiro.
Kanata limpio con rapidez la sangre de su mano en la tela de su pantalón y estrecho la mano.
— Soy Kanata.
— Bien Kanata, tengo una noticia respecto a tu noviecito.
— ¿Cuál?
Pregunto atenta siguiendo a Yushiro por el hospital hasta llegar a una habitación con una radio, un enorme mapa en la pared y varios apuntes en una cartelera con estudios de Yushiro, imágenes de los infectados y cintas de video.
— Tengo la hipótesis de que tú noviecito se volvió inmune al virus — Dijo sacando un frasco de sangre y otro de un cajón —, si es así puede ser la salvación de todos, si usamos su sangre podremos crear un antídoto.
Colocó la sangre en el una taza de cristal plana junto, la colocó bajo un microscopio y miro con atención colocando el otro frasco a un lado.
