Una vida monótona, con padres amorosos e importantes, hermanos elegantes y exitosos, todo pinta bien para la familia Ubayashiki luego de mudarse por motivos de trabajo.
Kagaya Ubayashiki, su padre que trabaja para el gobierno siendo un hombre de la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un muerto.
Inosuke estaba paralizado analizando lo que sucedía, sus ojos miran con miedo la herida abierta en su abdomen y el filoso cuchillo enterrado, ni siquiera tuvo tiempo de gritar cuando una nueva apuñalada de Murata lo lastimo.
Genya golpeó a Murata acorralándolo contra la pared, Kanata corrió a socorrerlo.
— ¿Qué sucedió?
Inosuke no comprendía, escupía sangre incrédulo sin dejar de tocar su herida perplejo, parecía estar dentro de un sueño pero el dolor era real.
— ¿Voy a morir? — Miro a Kanata en una especie de trance asustando más a la Ubayashiki que hacía presión en la herida en un intento por detener la hemorragia.
— ¡No morirás, no permitiré que mueras!
Las lágrimas de Kanata brillaban bajo la luz de la luna, Inosuke perdía sangre delirando en el suelo mientras Genya peleaba contra Murata.
"¡Ya acabaste con uno, ahora acaba con él"
Le gritaba Zenitsu con una sonrisa maliciosa.
— ¡No puedo matarte, eres mi amigo!
Gritaba Murata sacudiendo el cuchillo alejando a Genya. Shizu estaba oculta entre los brazos de Gyomei mirando con miedo lo que sucedía, Murata parecía casi poseído.
— ¡Murata baja el arma! — Le gritó Genya aterrado.
— ¡No puedo!
Le gritó el azabache lágrimas desesperadas caían de sus ojos, dejo caer el cuchillo y se golpeó la cabeza con los puños.
— ¡Sal de mi cabeza!
Se sacudía hablándole a una figura que solo el veía, se golpeó la cabeza contra la pared lastimando su frente y gruño frustrado.
— ¡Soy peligroso aléjate!
Empujó a Genya que intentaba acercarse, abrió la puerta de la iglesia y corrió fuera.
— ¡Murata espera!
Genya corrió detrás de él viendo como Murata se metía a una carnicería abandonada, entro junto a él, Murata buscaba un escondite desesperado sin pensar en los zombies alrededor.
— Murata, hablemos, por favor.
Pedía Genya angustiado, era su único amigo en quien confiaba y le desgarraba verlo sufrir de esta manera.
— ¡Qué me dejes solo!
Le gritó; un zombie a sus espaldas salto sobre él y le mordió del cuello, un chorro de sangre salpicó manchando la pared mientras el zombie le mordía del cuello como un vampiro.
— ¡Noo!
Genya apuñalo al zombie y tomo a Murata en brazos antes de que caiga al suelo.
