Una vida monótona, con padres amorosos e importantes, hermanos elegantes y exitosos, todo pinta bien para la familia Ubayashiki luego de mudarse por motivos de trabajo.
Kagaya Ubayashiki, su padre que trabaja para el gobierno siendo un hombre de la...
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Unión
Genya
Después de todo lo sucedido acordamos descansar, Kanata y Shizu al ser las únicas mujeres se quedan con uno de los dos cuartos, en cambio nosotros cuatro debatimos quien hará vigilancia y en dónde dormirá cada uno.
— Yo no haré guardia, merezco dormir — Se quejaba Zenitsu cruzado de brazos.
— ¡Yo haré guardia! — Hablo el de cabeza de jabalí, según lo que escuche se llama Inosuke.
— Eres muy ruidoso para hacer guardia — Le echó en cara Murata que los fulminaba con la mirada.
— ¿Entonces voy a dormir? — Se escuchó molesto apretando los puños.
— Si, puedes dormir de cucharita con Zenitsu — Sonríe provocándole, Inosuke se avalanzo sobre el iniciando una absurda pelea innecesaria.
— Ya basta — Hablo formando el silencio —. Zenitsu hará guardia, nosotros tres somos quienes merecen un descanso.
— ¿¡Ese idiota por qué!? — Pregunto la rubia señalando a Inosuke.
— De no haber sido por él no habríamos escapado, así que dale gracias y haz guardia.
— Yo dormiré en el sofá — Inosuke salto sobre el sillón, se recostó boca abajo con los glúteos elevados.
Murata y yo fuimos hasta el cuarto, en la guerra aprendimos sobre el trabajo en equipo, acostumbrados a tener que dormir juntos en las peores condiciones, así que esto es nada para nosotros dos, me limpio la sangre con pañuelo y me recuesto boca arriba, Murata me da la espalda durmiendose con rapidez.
Sin embargo yo no puedo dormir, tengo la mente revuelta, fui secuestrado y torturado durante un tiempo, preparado para esto, pero nunca esperé que Shizu tuviese que pasar por esta situacion, es solo una niña; también me lamento por lo que le pasó a Kanata, sus heridas, sus gritos, no habría sucedido si impedía que tomara el lugar de número veintitrés, estoy asombrado por lo valiente e inteligente que es, Kanata Ubayashiki a logrado impresionarme.
No solo pienso en lo astuta que es, también planeo en lo que se debe hacer, permanecer aquí es peligroso igual que en todos lados, debo encontrar un modo de comunicación con una persona de exterior, información de lo que sucede, ayuda alguna cosa.
Cierro mis ojos tratando de dormir, es costumbre que se me dificulte tanto, el insomnio, las pesadillas, dormir me inquieta tanto porque no me siento a salvó, la probabilidad que me maten mientras duermo llega a mi cabeza cada vez que dejó caer mis párpados y a mis pestañas rozarme las mejillas. Al final solo logro conciliar el sueño por un par de horas sin lograr dormir a gusto. Abro mis ojos nuevamente y miro la pequeña habitación de hombre soltero, Murata sigue dormido, así que no lo molesto y salgo silencio evitando despertarlo.
