Una vida monótona, con padres amorosos e importantes, hermanos elegantes y exitosos, todo pinta bien para la familia Ubayashiki luego de mudarse por motivos de trabajo.
Kagaya Ubayashiki, su padre que trabaja para el gobierno siendo un hombre de la...
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Convivencia
El sol salió con una tenue luz que iluminó los pasillos, el silencio es sepulcral, han pasado largas horas sentados en el mismo lugar sin apartar la vista de la puerta. Se colocó de pie indicándole a Shizu que espere, era hora de salir de allí, abrió la puerta asegurándose de que el zombie no estuviera cerca. Era el momento adecuado de salir.
Tomaron sus cosas y cargó al infante nuevamente, camino por el pasillo hasta la puerta, la cantidad de zombies no era mucha afortunadamente estaban distraídos, pero el que le preocupaba era ese zombie en específico, el de gran olfato que los acecho durante toda la noche. El cuerpo de Shizu se tensa y apreta los puños al escuchar el mismo sonido que él, esa respiración pesada olfateando el lugar.
Miro el lugar en donde provenía y lo vio cara a cara, uno de sus viejos compañeros ahora tenía apariencia demacrada y gran apetito.
Corrió en cuanto lo vio yendo hasta la puerta, pero está criatura también corría, lo persiguió por todo el lugar captando la atención de otros zombies que se unieron a la persecución. Sostuvo a Shizu como pudo, era difícil avanzar cargando con él peso de alguien más. El zombie estaba muy cerca, en cualquier momento los alcanzaría.
— Shizu, tienes que correr, yo los detendré.
— ¿Qué? No tío, no puedo dejarte.
— ¡Hazlo!
Le gritó, con rapidez la bajo y se dió vuelta encarando al grupo de zombies, la albina corrió en busca de un escondite escuchando el sonido de los disparos, el arma capto la atención de más zombies ahora eran muchos. Estaba nerviosa, tenía que hacer algo por su tío o quedaría nuevamente sola. Se encontraba oculta en un contenedor de basura desde el cual podía mirar a Genya enfrentarse a los zombies, tenía una gran presencia y puntería acabando con unos cuantos, pero había otro de posición encorvada que gritaba como un loco sin ser afectado por los disparos, se abalanzó sobre Genya golpeándolo con ambos puños.
Rodó en el suelo esquivando el ataque y fue a ocultarse detrás de un auto para recargar su pistola, escucho los gruñidos del zombie del otro lado, era lento pero tenía una gran fuerza que pudo haber destruido sus brazos. El auto a sus espaldas fue levantado y arrojado lejos.
— Maldición.
Esa maldita cosa definitivamente ya no era humana, tenía una fuerza impresionante, corrió alejándose, no había tenido el tiempo suficiente para recargar y ahora solo llegaban más zombies, si se demoraba más iba a ser rodeado.
— ¡Tío!
Shizu estaba sobre el contenedor de basura apuntando con la pistola, presionó el gatillo y le dió en el brazo, los zombies se giraron en su dirección, la pequeña criatura de vestido rosa parecía ser más llamativa que un militar con ropa de espionaje, aprovecho la distracción y logro decapitar al fuerte zombie con su cuchillo. Avanzo repitiendo la misma acción con todo aquel que intentaba morderle, por otro lado Shizu le cubría la espalda, era como si lo llevara en la sangre, usar una pistola parecía tan natural, no tenía la mejor puntería pero lograba defenderse del grupo de zombies que se le acercaba. Se le acerca uno por la izquierda, ya con su arma recargada le dispara y luego lo patea, otro se acerca por al frente, este es mucho más rápido que el resto, destaca por rugir y tener dientes podridos con gran filo. Coloca su brazo con la cinta adhesiva para defenderse de la mordida, recupera su cuchillo del suelo y lo clava sobre la cabeza del zombie. Arranca el cuchillo y sangre es salpicada por su rostro llenado el suelo. Ya no quedan muchos en el lugar pero siguen siendo un problema, además de que aún no saben cómo eliminarlos, sobre todo al zombie fuerte que se mueve en el suelo retorciéndose del dolor en su cabeza.
