El día que tanto temían llegó...
Esa mañana, JiMin había salido de compras con JungKook, quería llevarlo a conocer los alrededores y comprar algunos productos que necesitaba. Se había encontrado con TaeHyung. Recuerda que era un compañero en el instituto, no supo mucho de él, excepto que se reencontraban en algunas retas en aquel parque donde conoció a YoonGi.
- Eres JiMin, ¿cierto?- juraba que casi nadie lo reconocería, no luego de todo lo que pasó y su vida en las sombras. JiMin estaba sorprendido, TaeHyung no había cambiado casi nada, aunque no tenía una imagen tan guardada porque no solían convivir mucho, si recordaba algunas de sus facciones. Presionó la manita de su hijo y lo cargó de inmediato, JungKookie miraba al extraño, confundido y tímido.- Soy TaeHyung...
- Lo sé, ha pasado un tiempo...- dijo sin profundizar mucho y mirando a todos lados.- Tengo prisa...
- No supimos nada de ti, solo que tus padres te buscaban...- TaeHyung lo detiene.- Hay un café en este piso, podemos ir...- JiMin dudó, le envió un mensaje a YoonGi con la ubicación y le dijo que lo llamara en unos treinta minutos, YoonGi ya sabía donde estaba, JungKookie llevaba en su zapatito un localizador y JiMin tenía uno en el brazalete que portaba, pidió a MinHo que enviara al equipo ante cualquier escenario extraño, estuvieran listos.
Llegaron a la cafetería, JiMin sentó a JungKookie en sus piernas, su pequeño se sentía más seguro mientras lo abrazaba.
- Es tu hijo...- miró al pequeño y no pudo evitar pensar en lo parecidos que ambos eran.- Mi hermano quiere disculparse...
- Es pasado, TaeHyung...- JiMin dijo con firmeza, no tuvo tiempo de pensar en los que les negaron ayuda por miedo a sus padres, lo entendía pero ya estaba en el pasado. Creyó que el hermano de TaeHyung podría ayudarles, había sido amable con él las veces que lo veía, sus padres tenían influencias que podían destruir todo con tal de obligarlo a volver.- Lo entendí y lo acepté desde el momento en que dejé Seúl...- dijo sin dar detalles.
- ¿Has estado aquí? ¿Todo este tiempo?- TaeHyung estaba sorprendido. JiMin solo miró por el cristal frente suyo y luego miró a su bebé.
- Como sea...- suspiró.- Espero que no hayas aparecido solo porque obtendrás algo de mis padres, ellos solo tienen peones, TaeHyung, te lo advierto, si son capaces de vender a su propio hijo, no deberías tener grandes expectativas...- dijo con seriedad.
- Dijeron que me enviarían a Francia...- mencionó con voz dura.- Si lograba llevarte de regreso, ¿acaso no ves que lo tienes todo?, no era justo...
JiMin lo miró con cierta compasión.
- Entonces voy a suponer que esta reunión no fue una casualidad...- mencionó.- Nunca lo tuve todo, a diferencia tuya... tu madre hacía galletas, tu padre te felicitaba en casa... no tuve eso, TaeHyung, y si hablamos de dinero... he descubierto que es importante pero eso no lo llena todo... por dinero, mis padres casi acaban conmigo...- se levantó y caminó hasta la salida. Su telefono sonó y sonrió al ver el nombre en la pantalla.- Sí, voy saliendo...
- Papá...- JungKookie se acercó para escuchar a su papá del otro lado de la línea. YoonGi lo saludó, mantiendo una conversación corta.
- JiMin...- volvió su vista y se encontró con TaeHyung de nuevo.- Mi hermano ha estado preocupado por ti, incluso creyó que habías muerto... y quiero disculparme... tus padres, bueno...- se mordió el labio- No han dejado de buscarte, después que escapaste, amenazaron a algunos de tus ex compañeros y casi son expulsados de su círculo social, se apaciaguaron cuando SeonHo llegó con la propuesta de acceder a un matrimonio luego de que dijeran que habías ido a un internado...
- Entiendo...- JiMin dijo pensativo.- TaeHyung, hay formas de conseguir una beca... podrías intentarlo...- recomendó, sacó una tarjeta de su bolso, y se la entregó- Ve a esa dirección, diles que yo pedí que fueras, sabrán ayudarte...
JiMin entendía algo, sus padres eran capaces de manipular con tal de lograr lo que querían, de utilizar a las personas y desecharlas cuando fueran un estorbo.
Lo sabía mejor que nadie...No dijo nada más y se alejó, JungKookie iba pensativo, hacía un adorable puchero.
- ¿Qué pasa bebé?- preguntó curioso y besó su mejilla rellenita.
- ¿Migo?- su expresión confundida hizo a JiMin sentir demasiada ternura.
- Eramos compañeros, mi amor...- respondió.- Cuando seas más grande irás a la escuela, allí tendrás compañeros y amigos, jugarás y aprenderás mucho...- su bebé asintió y se acomodó para dormitar, no supo el momento en que su padre dejó de andar.
JiMin no podía creer lo que estaba viendo, su madre estaba parada frente suyo, JiMin rodeó a JungKook lo más que pudo sin despertarlo, supo que no estaba solo cuando MinHo paseó frente suyo y se relajó. Debía agradecerle apropiadamente a su esposo por cuidarlo con tanta devoción.
Respiró hondo y siguió caminando.- ¿Vas a fingir que no me reconoces, malagradecido?- su madre preguntó cuando pasó junto a ella.
- No sé de que me habla, señora...- JiMin dijo, y sonrió mirando a la mujer a los ojos. Sabía que su madre esperaba humillarlo, recordarle sus decisiones y obligarlo a casarse con el tipo de su elección.
- ¡JiMin!
- Mi hijo duerme, no grite- JiMin dijo con voz seria e incluso podría decir que presuntuosa, era como si su madre no había notado al pequeño entre sus brazos. Su rostro estaba rojo, JiMin nunca recuerda a su madre tan molesta y la situación más que asustarle le provocó cierta diversión, sabía que su esposo estaba al tanto de su seguridad, no le sorprendería ver a algunos de los guardias cerca, mezclados entre la gente.
- Ese bastardo...
- Se equivoca- JiMin la miró, seguía viendose del mismo modo que la recordaba, el mismo estilo de maquillaje y su usual modo de vestir.- Mi hijo tiene un excelente padre, a la altura de un príncipe...
JiMin no podía creer como es que estaba siendo tan presumido en ese momento.
Se alejó y MinHo impidió que la mujer los siguiera y guió a JiMin hasta el estacionamiento, aseguró que el vehículo se fuera y marcó a YoonGi, informando que la señora Park ya había hecho aparición.
JiMin iba de regreso, se sentía frustrado porque no había podido comprar nada, despertó a su Kookie temprano para nada. Suspiró y sonrió cuando vio la calma en el rostro de su hijo.
Nada más importaba que cuidar de esa pequeña parte de su alma y de la de YoonGi...