¿Podremos ser felices? Joniel

Capítulo 1

27 de mayo del 2001

Narra Joshua

Hola a todos, mi nombre es Joshua Cortez Muñoz y soy un niño de 8 años, y seguramente se preguntarán hacia donde me estoy dirigiendo, pues resulta que me estoy mudando a una nueva ciudad que se llama Hope; la razón de ello es porque no podíamos seguir viviendo donde estábamos mi madre y yo porque nos recordaba una desgracia que vivimos, la muerte de mi padre.

Flashback

4 años atrás

Estaba de lo más tranquilo jugando en mi pieza cuando de repente escuché a mi mamá muy alterada. Escucho que los ruidos vienen de su habitación y lo que vi me dejó impactado; mi papá estaba ahí tendido en la cama, y mi mamá lloraba mucho y eso me hizo entender lo que estaba pasando, así que rápidamente entre y cuando mi mamá me vio me pidió que saliera, que no viera todo eso, pero fue inevitable y ahí fue cuando sufrí el primer gran trauma de mi vida.

Joshua: ¡PAPÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ! —dijé soltando un grito de dolor.

Fin del Flashback

Ahora no hago más que mirar a través de la ventana del auto y no puedo parar de pensar en lo que sucedió. Mi mamá me dijo que mi papá sufrió un infarto, pero hasta el día de hoy no he podido entenderlo, ya que mi papá siempre fue un hombre sano, y es por esa razón que no quedó más remedio que irnos de donde vivíamos, sobre todo por mí, ya que tenía que superar lo que pasó, pero yo les pregunto a ustedes, ¿cómo se puede superar la muerte de un ser querido, sobre todo cuando sientes dentro de tu corazón que aún no era su hora?

En el auto también iba mi madre, que desde la muerte de mi padre siento que cambio y se ha vuelto una mujer mucho más fría y no tan alegre como antes, y aunque mi relación con ella se ha mantenido como siempre hay un miedo dentro de mí que me dice que eso podría cambiar, el motivo, pues tiene que ver con la persona que está conduciendo el auto, se trata de Joaquín quien es ahora mi padrastro, con quien mi madre rehizo su vida y eso es otra cosa que no puedo entender, de cómo mi madre confió en él tan rápido para permitirle entrar en nuestras vidas, porque el tipo parecía muy bueno al principio, pero después me di cuenta como es y desde ese día no ha parado de tratarme mal y adivinen, mi madre no se ha dado cuenta de nada o simplemente no quiere verlo.

Finalmente, habíamos llegado a nuestro destino donde sería nuestro hogar; al bajarme del auto pude notar que era un paisaje común y corriente, donde había una casa en cada cuadra. La verdad, a mí en lo personal no me importa ese tipo de detalles mientras se pueda vivir tranquilo. Luego pude ver que llegó otro auto que se estacionó en la casa de al lado y ahí pude ver que se bajaba mi mejor amigo Samuel. Ya que me dio mucha alegría que se haya podido mudar también a donde yo me iba a cambiar, hubiera sido bien difícil para mí estar lejos de la única persona que me ha dado su apoyo incondicional desde la muerte de mi papá.

Ana: Bueno, hijo, mientras Joaquín y yo ordenamos todas las cosas, ve a dejar tus cosas a tu cuarto —dijo mi madre.

Joshua: Sí, mamá, ya voy —le digo a mi madre mientras me dirijo a la habitación. La verdad no se ve nada mal. Podré adaptarme y cuando empiezo a ordenar todas mis cosas, me doy cuenta de que alguien entra y se trata de Samuel. —Amigo, ¿qué haces aquí? —pregunté directamente.

Samuel: Que, acaso, no puedo venir a saludar a mi mejor amigo —la verdad, me encanta ese sentido del humor de Samuel; siempre logra sacarme una sonrisa—, además que también vine a ver si necesitas ayuda.