Koishiteru 2

158 22 2
                                    

CAPÍTULO 2






La imagen de una hermosa joven siendo incinerada no dejaba de invadir sus sueños, el rostro de un pequeño niño hanyou con orejitas de perro llorando de tristeza y abrazado a un hombre alto de cabello plateado como el niño pero a este no podía verle el rostro a pesar de poder sus ropas, armadura y otros rasgos físicos a parte del inexistente rostro.

Sabía que era un youkai y uno poderoso y de alta cuna, las finas telas de sus ropas se lo decían.

Su vista volvía al pequeño hanyou que la llamaba y su corazón se rompía.

-"No llores, pequeño. Estoy aquí, por favor. Me parte el alma verte llorar"- Decía su alma y la hacía sentir inquietud, no entendía el por qué y tampoco podía articular palabra alguna.

Veía como el pequeño lloraba y la llamaba mientras intentaba acercarse a la hoguera pero era detenido por el enorme youkai, su mirada subía al rostro del joven macho que a pesar de no ver su rostro podía notar la cascada de lágrimas por sus mejillas.

Su cuerpo comenzó a sentir calor, como si fuera ella quien estuviera en la hoguera.

Se acercó y se horrorizó, la joven a quien estaban cremando era ella.

Volvió a ver al niño y a su memoria llegaron los recuerdos que tenía con el pequeño hanyou.

-INUYASHA!!!!- El grito desesperado mientras se sentaba de golpe en el futón bañada en sudor y con su corazón desbocado.

Inmediatamente 2 jóvenes azabaches, una bella mujer parecida a ella pero de mirada castaña y un joven azabache de ojos azul oscuro, ambos sagrados. Una sacerdotisa y un monje.

-Kagome!!!- Llamaron asustados a su joven hermana.

-Ki... Kikyo? Miro... ku?- Su respiración era pesada y se sentía confundida.

No esperaba despertar ahí.

Sentía un terrible escalofrío por toda su columna.

-Sí, Kagome. Kikyo y Miroku, tus hermanos-

El monje y la sacerdotisa en realidad no eran hermanos de sangre de la joven ojiazul pero hace 18 años la encontraron sus padres en la entrada de su cabaña en la madrugada envuelta en delicadas y finas mantas, acostada en una hermosa canasta.

Una joven pareja de sagrados con 2 hijos, de 2 años la pequeña niña y de 4 años el hermoso niño. Esa amorosa y amable pareja decidió adoptar a la pequeña bebé de ojos azules y cabello negro que quizás en ese momento podría tener no más de 2 meses de haber nacido.

Por varios meses se preguntaban quien había dejado a esa pequeña tan adorable en su puerta pero jamás hubo respuesta y mucho menos arrepentimiento que los hiciera regresar por la bebé.

Con el tiempo y mientras la pequeña Kagome iba creciendo, sus padres adoptivos vieron que la niña tenía poderes espirituales pero no eran comunes, para alguien de su tamaño y edad eran inmensos y no entendían de dónde los había heredado pero aún así decidieron entrenarla al igual que a sus hijos.

-Yo... volví a soñar, tuve un nuevo recuerdo y esta vez es desgarrador- Trató de contener las lágrimas.

Kikyo y Miroku se miraron, ellos sabían y entendían sobre los recuerdos de la vida pasada de su hermana menor.

-Más desgarrador que el recuerdo de cuando fuiste atacada?- Su joven hermano de 22 años se acercó a ella y la abrazó.

La menor de los sagrados asintió y correspondió a su abrazo.

KoishiteruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora