Koishiteru 12

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CAPÍTULO 12





Habían pasado ya un par de días desde que Kagome y el joven demonio se habían visto por primera vez y habían cruzado un par de palabras.

En este momento Kagome revisaba sus heridas y mostró una gran sonrisa.

-La herida de tu espalda que era la más grave está completamente curada, tu poder de regeneración es sorprendente, príncipe Sesshomaru- La joven dijo satisfecha.

-Así que ya sabías quien soy- Musitó el Daiyoukai.

-La verdad es que no lo sabía hasta que confirmé que eras un Inu pero no dije nada porque vi que eres alguien de pocas palabras aunque puedo decir que me alegra conocerte al fin después de poco más de 2 años del emparejamiento de nuestros padres- Decía ella recogiendo lo que había usado y retirado del cuerpo del príncipe del Oeste.

-Ya puede regresar al palacio, padre y mi madre seguramente están preocupados por usted e Inuyasha ha de querer verlo- Terminó de decir cambiando una manera formal para referirse a él.

-No irás al palacio?- Quiso no parecer interesado.

-No, tengo que quedarme en la aldea protegiéndola mientras mi madre no está- Se puso de pie. -Me alegra que ya esté mejor, ahora me retiraré de vuelta a la aldea-

La jovencita hizo una reverencia y llamó a su fiel amiga y salieron, Sesshomaru las siguió pues sabía que Kagome pondría de nuevo la kekkai.




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Pasaron siete días desde que Kagome había visto por última vez al hijo mayor de su padre adoptivo.

Midoriko había regresado hacia un día del palacio, realmente le había hecho falta pasar tiempo con su amado y no deseaba otra cosa más que vivir a su lado por toda su longeva vida, que ella, Kagome e Inuyasha pudieran vivir felices y tranquilos junto al macho que los amaba.

Definitivamente debía entrenar personalmente a alguien más que a Kagome para dejarle a cargo la aldea.

La bella mujer miraba a su hija limpiar la entrada de la cabaña y sonrió. Sesshomaru les había platicado lo que pasó con el ataque a traición por parte de Ryukotsusei a él y el como fue Kagome quien le salvó la vida sin dudarlo, eso los había hecho sentir orgullosos tanto a Touga como a ella misma.

La pequeña miko para sus cortos 13 años humanos, era un joven con poderes espirituales inmensos y podría fácilmente superar a Midoriko en algunos años y eso los enorgullecía.

La joven mujer se acercó a la entrada de la cabaña con su niño hanyou en brazos quien sostenía una pequeña pelota, estaba por llamar la atención de su hija y ofrecerle un poco de fruta cuando alguien aclaró su garganta.

Ambas mujeres y el pequeño con orejitas de perro miraron hacia el frente pero no había nadie, de nuevo el sonido de alguien aclarando su garganta, llevaron su mirada hacia abajo.

-Lady Midoriko, príncipe Inuyasha. Es un placer verlos- Un pequeño youkai kappa hizo una reverencia y luego miro a la de ojos azules.

-Princesa Kagome, el príncipe Sesshomaru ha venido personalmente a verla- Avisó y se movió del camino de su amo.

Kagome miró a su madre y ella negó, no sabía a qué se debía la visita del hijo de su pareja.

Llevó de nuevo su mirada al frente y lo vio acercarse.

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