Koishiteru

Koishiteru 3

CAPÍTULO 3

La noche antes de salir de viaje Kagome se asomaba por la ventana de la cabaña y suspiraba.

-Miroku, has visto a Kirara? Desde la noche que recuperé mis recuerdos con Inuyasha no la he visto- Dijo preocupada por su amiga y compañera Nekomata.

-No la he visto tampoco, hermanita pero sabes que para esta época cada año desaparece por varios días y luego regresa- Respondía pensativo.

Si era sincero siempre había tenido curiosidad por saber a dónde iba la guardiana y amiga de su hermana.

La gata de fuego siempre ha hecho eso desde que llegó a sus vidas junto con su hermana pues Kirara estaba junto a la canasta donde Kagome dormía cuando sus padres la encontraron en la puerta, protegiéndola, por esa razón fue recibida en la familia y aunque no lo hubiera sido; ella no tenía intenciones de separarse de Kagome ya que su misión siempre ha sido protegerla pero también la quería y siempre lo haría.

-Es verdad, me pregunto a dónde irá cada año para esta época- Kagome llevaba una mano a su mentón a modo pensativo.

-Quizás sea época de celo para este tiempo y por eso se va- Decía Kikyo mientras preparaba la cena.

-Podría pero jamás ha tenido cachorros, no al menos desde que vive con nosotros- Respondía el mayor.

La ojiazul iba a decir algo cuando se escuchó el leve maullido de la mencionada por lo llevaron sus miradas a ella quien movía sus colas con calma.

-Kirara!!! Has vuelto!- Kagome se acercaba a ella y la tomaba en brazos.

-Te tengo una gran noticia, querida amiga!- Decía emocionada a la gata quien la miraba expectante.

-Iremos a buscar a Inuyasha!- Ante la noticia Kirara no pudo más que maullar feliz y agitar más rápido sus dos colas.

Ella extrañaba mucho a Inuyasha y hacía ya 300 años desde que no lo veía.

-Kikyo y Miroku irán con nosotros, nos ayudarán a encontrarlo- Decía emocionada y Kirara volvió a maullar.

Kagome sonriendo le dio un pequeño beso en la frente a Kirara y la llevó con sus hermanos.

-Es hora de cenar, pequeña- la sentó a su lado y puso un pescado asado frente a ella.

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La mañana llegó y Kagome despertó apenas sintió los primeros rayos de sol.

Tomó un lindo kimono verde con flores blancas para ir al río a tomar un baño.

La joven azabache era un poco rebelde o así solían decirle pues aunque era una sacerdotisa odiaba usar todo el tiempo su atuendo, a ella le encantaba usar kimonos coloridos y delicados, también le gustaba preparar sus aceites aromáticos para bañarse y amaba usar bálsamo para sus hermosos y carnosos labios. Era una jovencita delicada y con excelentes costumbres de higiene como sus hermanos.

Kirara se desperezó y la siguió al río para cuidar de ella aún cuando Kagome llevaba su arco con su carcaj.

-Ah! El agua esta helada- Se estremeció cuando entró al río.

Llevó su mirada a Kirara y le sonrió.

-Ven a bañarte conmigo, amiga- Le dijo a lo que la gata de fuego negó con la cabeza.

Rió, sabía que a Kirara no le gustaba el agua es por eso que preparaba para ella un aceite especial para su pelaje y la limpiaba con un trozo de tela y después cepillaba con un peine de forma delicada a la nekomata.