CAPÍTULO 5
Tierras del Oeste
Las tierras del Oeste, tierras hermosas y prósperas.
Tierras donde había abundancia de recursos y riquezas.
Flora y Fauna qué hacían de los bosques del Oeste los más hermosos de todo el territorio de Japón.
Todas las regiones de Occidente vivían en paz, claro que habían youkais qué provocaban problemas pero nadie se atrevía a declarar la guerra a los señores del territorio.
La familia Daiyoukai de raza Inu y el hijo menor del Gran General Perro Touga Taisho.
Los Taisho una familia de poderosos demonios Inu, expertos en las artes de la guerra y la estrategia, nadie podía contra ellos y es por esa razón que sus tierras vivían en paz y era prósperas en todo sentido.
La familia real del Oeste era compuesta por el Lord del Oeste, Touga Taisho conocido como Inu no Taisho, el más poderoso Daiyoukai de todo el país y de todos los tiempos.
El primogénito del gran Lord, el príncipe heredero Sesshomaru Taisho, raza Inukami Daiyoukai ya que también es hijo de la primera pareja del Lord; Lady Irasue una hermosa pero igualmente peligrosa y poderosa Inukami.
Y por último pero no por eso menos importante y débil, el hijo menor de Lord. Inuyasha Taisho, un hanyou de Inu que además de ser hijo del Gran General Perro también es el hijo menor de la legendaria creadora de la desaparecida Shikon no Tama; la fallecida sacerdotisa Midoriko.
La mezcla de la sangre demoníaca con la sagrada lo hacía un ser poderoso y con gran peligrosidad, todo lo contrario de lo que se creía de los mestizos.
Si bien el hanyou del Oeste no manejaba al 100 sus poderes espirituales, sabía usar lo básico que es el poder de sanación que le resultaba muy útil cuando estaba en batalla a eso sumado su habilidad para regenerarse que su sangre demoníaca le daba.
Los 3 Inus mantenían la paz en Occidente, todos temían de su aterrador poder.
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En el imponente palacio del Oeste se encontraba un joven hanyou de cabellos largos plateados con un par de orejas de perro sobre su cabeza y mirada de oro.
Sus ropas de color rojo sangre estaban hechas con las telas más finas que podían existir en la época, detalles bordados con hilos de oro y blanco. En la cintura portaba su poderosa espada, regalo de su padre y hecha con un colmillo del gran General.
El joven con orejas de perro estaba dentro de una habitación a la que nadie tenía acceso a menos que se tratara del General, Sesshomaru y el mismo Inuyasha, sin contar claro está al personal de la servidumbre qué se encargaba de limpiar esa valiosa e importante habitación para los 3 machos plateados.
Dicho cuarto era una especie de altar o un pequeño santuario dedicado a las 2 humanas más importantes para el gobernante del Oeste y los 2 príncipes.
Dos enormes pinturas. Una de la gran sacerdotisa Midoriko, mirada fría, rostro serio; piel nívea y belleza como ninguna.
La segunda pintura era de Kagome, hija de Midoriko.
Piel blanca como la porcelana, mirada brillante del color del cielo, rostro alegre y poseedora de una belleza comparable a la de su madre. Así es, las mujeres más importantes de los Taisho eran 2 humanas sacerdotisas.
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Koishiteru
FanfictionUn ataque mortal, un amor traicionado son motivos para contaminar cualquier alma pura. Kagome sentía su corazón romperse al verse en la situación en la que estaba. Su vida se estaba apagando poco a poco y solo podía ver los ojos de su asesino o eso...