C15| Llegaría el Momento.

81 14 3
                                    

James observó a su hermana, que tenía una mirada de fierecilla, que le causó una risa grave, como si ella fuese capaz de lograr herirlo, sin duda quería verla intentarlo, que le provocara sexualmente, no la libraría de que la asesinara si fuese capaz de intentar algo en su contra, y por sus actitudes, sin duda la veía bastante capaz de hacerlo, de traicionarlo, su insistencia de seguir en contacto con la esposa de Lorcan, sin duda ese tipo ya la habría doblegado a hacer su voluntad, no tenía duda.

—No hay nada más que decir, Lily Luna –le informó –no veo por qué seguirme hasta aquí.

—Quiero una explicación del por qué no puedo seguir siendo su amiga.

—Ya te lo dije, es esposa de Lorcan.

—Ella no está enamorada de él.

—Si está o no, enamorada de él, es algo que no me interesa.

—Pues debería –gruñó acercándose a él –una mujer enamorada es capaz de traicionar a quien fuera, solo porque el hombre que ama esté bien, pero cuando no es así –sonrió –no habría poder en el mundo, ni Dios mismo...

—Hay cosas más importantes que el amor, deberías saberlo, eres una princesa.

—Oh, claro –se burló –ni siquiera quiero ser una maldita princesa –bufó –no hay nada más importante que el amo.

—Claro que lo hay, hay lazos más fuertes, como el odio, cuando dos personas odian a una misma, su alianza...

—¿Eres tan ciego como para ver que existimos personas de sobra en estos malditos reinos capaces de matar por ti?

—¿Tengo que enternecerme y confiar en ti por esas palabras? Apenas si me conoces.

—Eres mi hermano –le recordó.

—Claro, y yo maté a toda mi familia, y en este preciso momento, me arrepiento de no matarte a ti –gruñó.

—Pues entonces hazlo, mátame, si es lo que quieres hacer, hazlo ¿qué te detiene? Eres el maldito rey.

James frunció el cejo, no recordaba a ninguna otra mujer poniéndose en esa actitud para con él, ni siquiera Elisheva, o Violet Zimmermann, quienes normalmente retaban su suerte, pasándose de listillas en algunas ocasiones, pero hablarle así, nunca, y esa chica flacucha, y pequeña, comportándose como si fuesen iguales, como si en una pelea, ella pudiese ganarle siquiera un poco.

—Haré como que no te estás comportando como lo haces...

—No, haz como que me comporto como lo hago, ¿qué diablos harás al respecto?

La sonrisa de James apareció en su rostro, aquello sin duda era un reto directo, él no se daba vuelta ante aquello, sin duda podría ir hasta ella, abofetearla y golpearla hasta hacer que suplicara perdón, y después por su vida, avanzó hasta ella de forma lenta, con la mirada cargada de placer, no le tomó mucho, darse cuenta de su actitud, haciendo que retrocediera realmente asustada.

La mano de James llegó hasta el cuello de su hermana, era tan delgado, que fácilmente podría cortarle el suministro de aire, la jaló hasta él, sin decir absolutamente nada, observando como temblaba ante él, provocando un placer extraño.

—Supones que por ser el rey no tengo cosas u obligaciones, pero te recuerdo que tengo un compromiso al que igual que tú, estoy completamente forzado.

La mirada de Lily se suavizó, claro que sí, por un momento olvidó a Druella, pero como la joven princesa siempre decía lo mucho que el rey disfrutaba de pasar tiempo con ella a solas en sus habitaciones, pensaba que él había pedido a la joven como su esposa y no al revés.

La Hermana del Rey || Jaly | James S. P x Lily Luna PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora