C17| El Silencio.

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Los labios de James recorrían las costillas de Lily, estaba realmente muy delgada, y eso que la veía comer bastante bien, se irguió sujetándola contra él de forma posesiva, la suave sonrisa en los labios de la chica, provocaron una en él, realmente desconocía la razón por la cual despertaba tanta pasión en él, todo lo que ocurría entre ellos era realmente intenso, por más que quería hacer de eso algo simple, sencillo, sin importancia, no podía, Lily Luna lo consumía por completo de formas que eran imposibles, al menos, para su mente.

—Reanudaremos el camino en poco tiempo –le recordó la joven, cerrando los ojos ante el contacto del rey.

—No tardaremos mucho –comentó.

—Majestad –musitó la chica cuando él se adentró en ella.

Las jóvenes caderas de la mujer se movieron con entusiasmo sobre él, podía lucir todo lo inocente que quisiera delante de los demás, pero realmente disfrutaba todo lo que él le hacía en la cama, al inicio había sido un fastidio, pero no le tomó mucho tiempo acostumbrarse a él, a su tamaño, a su peso, a su intensidad.

La dejó debajo de su cuerpo en un movimiento rápido, cubrió su boca con su mano, mientras empujaba sus caderas contra ella, de manera rápida y un poco salvaje, sintió los dientes de la joven en su palma, como medida para evitar emitir sonidos más audibles que pusieran sobre alerta a los demás guardias, ya con Lysander y Malfoy vigilándolos tenían más que suficiente gente al tanto de sus actividades.

Lily separó un poco más las piernas para que su majestad se adentrara más en ella, soltó una débil risa, el golpe del tronco en su espalda fue fuerte, pero no violento, su cabello se enredó con la corteza, jalándola un poco cuando quiso besarlo, así que él fue benévolo, acercándose a ella para besarla de forma apresurada, presionándola todo lo que podía contra el árbol, mientras su semilla terminaba en su interior.

—Debo volver –informó ella, cuando sintió el pecho de su hermano, contra su espalda, él rodeó su cintura pegándola más.

—Lo sé.

—Debería soltarme en ese caso, majestad.

—También lo sé –admitió, besando su cuello –no te quejaste, pero, el árbol ha dejado marcas en tu espalda –le informó –deberás cubrirlas en lo que llegamos al castillo.

—Me encargaré de eso, majestad –le sonrió.

—Tenemos más problemas que solo las marcas –informó.

—Problemas –repitió ella –como ¿Cuáles problemas?

—Descuida, déjame a mí solucionar las cosas, para eso soy el rey.

Lily sonrió ante las palabras de su hermano, no comprendía de qué estaba hablando, a qué problemas se refería, pero no iba a ponerse a cuestionarlo, lo besó castamente en los labios y se alejó de él, la mirada de James se posó en el hombre que salió de las sombras una vez que Lily se alejó un poco, Scorpius lo observó un instante muy corto, y se giró para seguir a la princesa.

—Conoces a todos los criados –habló James, no necesitó mirar sobre su hombro, para saber que Lysander había salido, al igual que Scorpius, de las sombras para protegerlo.

—Quizás no de nombre, pero sí de vista, ¿Qué clase de guardia sería sino ubicara a cada una de las amenazas? –Frunció el ceño.

—Necesito una criada, que sea buena en su trabajo, sin importar la edad.

—¿Qué clase de trabajos, majestad?

—Sabes a lo que me refiero, deja la estupidez de lado.

—Supongo que no le conviene preñar a su propia hermana, al menos no antes de que se case –comentó.

La Hermana del Rey || Jaly | James S. P x Lily Luna PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora