C06| Princesa.

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La habitación estaba por completo vacía, tal y como lo habían dicho los guardias, se giró apresurada hasta el soldado, Lysander, como se había presentado él ante los hombres de la puerta, estaba bastante relajado, así que ella observó a todos lados, observó el escritorio y encontró una pequeña daga, él no dijo nada, pero se acercó a ella descuidado cuando la vio cambiar de actitud.

—¿Qué se supone que estás?

—No te acerques –lo amenazó con la pequeña navaja.

—Vaya –soltó en un tono despreocupado, viendo el objeto brillar a causa de las llamas de la chimenea –sin duda tienes que ser peligrosa, tanto como un conejo con una zanahoria.

—Solo intenta acercarte una vez más y lo verás –acercó y alejó la navaja de ella, intentando amenazarlo.

La risa divertida del soldado la hizo enfadar, frunció el cejo enfadada e intentó atacarlo, el varón la esquivó, usó la capa que llevaba puesta para hacerla girar y marearla, le sujetó de la cintura, pegándola a él y permitiéndole recordar que, aunque le hubiese atacado, él llevaba puesta una armadura que habría saboteado su intento por acuchillarlo.

—No solo eres inofensiva, sino que inútil en todo aspecto –rió divertido.

—Suéltame y verás –forcejeó.

—No sé a qué clase de personas estás acostumbrada, pero no perdería mi tiempo contigo de ninguna manera –comentó, para despreocuparla.

La puerta se abrió de golpe, logrando tomarlos a los dos desprevenidos, la mirada de Lily fue de inmediato al rubio que ni siquiera había entrado por completo, era idéntico al tipo que ahora la sujetaba, su cara de enfado y desagrado al ver la escena dejó muy claro el asunto para Lily, Lorcan sin duda era todo lo contrario a lo que quería mostrarle a la gente, y aquello le hizo revolverle el estómago a la pelirroja.

—No creí que pedirías entrar a mi estudio privado para juguetear con una simple campesina, Lysander.

La voz grave, y fría hicieron que los ojos olivo de la pelirroja se desviaran del hermano idéntico de quien la sujetaba, el hombre castaño, de ojos extremadamente azules le hizo quedarse embobada por completo, tenía que ser el hombre más guapo que hubiese visto en su vida, y ya que en el lugar donde había estado, había visto muchísimos y de todo tipo.

—Lo lamento, su majestad –habló Lysander, soltando a Lily.

—Qué no vuelva a ocurrir –restó importancia.

—Solo eso, no piensa castigarlo por...

—Cállate, antes de terminar de perder mi paciencia contigo, y mejor ve, y encuentra lo que te ordené, para tu prometida –la orden, sonó más como amenaza para Lily.

Lorcan, no chistó ni discutió más, se dio media vuelta sin decir nada a los presentes y cerró la puerta a sus espaldas, el rey se quitó la capa y desabrochó los cintos donde colgaba su espada, para continuar a quitarse la armadura.

—Lo ayudaré, su alteza –informó Lysander, avanzando hasta él.

—No soy ni un niño, ni un inútil, Lysander, ahora, dime ¿quién demonios es la plebeya y por qué mi estudio fue tu lugar de jugueteo? –Gruñó.

—Su majestad, la plebeya es la chica de esa villa –le recordó.

—Ah –respondió, obteniendo un brillo extremadamente cruel en la mirada.

Que el rey posara su atención en ella, hizo que Lily retrocediera un paso en precaución, el miedo le recorrió por completo, el hecho que le dijera aquello, tuvo de recompensa que le terminara de quitar la armadura, así que cuando estuvo libre, se acomodó la tela de su camisa, que era de un color azul marino bastante bonito, pensó Lily, que prestó atención al movimiento de sus manos.

La Hermana del Rey || Jaly | James S. P x Lily Luna PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora