❝de mi sangre nacerá el príncipe elegido❞
Entre el amor y el odio,rhaenyra targaryen y sihtric hightower prefirieron odiarse torturandose entre ellos con palabras amargas y acciones pero tal vez los dioses los haga cambiar de pensamiento y ese odio...
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take me at your mercy
"el diablo pecador"
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Rhaenyra había rechazado todas las propuestas que le habían presentado, lo que enfureció al rey. Daemon, tras años de ausencia, había vuelto al castillo.
Sihtric comenzó a experimentar sentimientos confusos respecto a Rhaenyra. Ya no era solo odio lo que sentía hacia la princesa, pero a veces tenía impulsos violentos, deseando matarla con sus propias manos sin importarle lo que el rey pensara.
El joven se encontraba en sus aposentos. Después de que Alicent fuera nombrada reina, su familia obtuvo ciertos privilegios, aunque algunos de ellos Sihtric los rechazó. De repente, alguien tocó su puerta. Confundido, fue a abrirla y se encontró con la princesa Rhaenyra vestida como un obrero, con el pelo suelto y una expresión de desilusión en su rostro.
──Princesa Rhaenyra, ¿qué hace aquí.──preguntó, perplejo.
──No lo sé...──dijo ella en voz baja, evitando su mirada.
Sihtric levantó una ceja, analizándola detenidamente.
──¿Por qué estás vestida así? ¿Acaso fuiste a ver el pueblo?
──¿Cómo lo supiste?
──Es algo obvio, mi princesa. Conozco el pueblo.
──Daemon me llevó a verlo.──admitió, con un dejo de tristeza.
Sihtric permaneció en silencio. Sabía que había algo entre Daemon y Rhaenyra.
──Fue agradable al principio, pero luego me abandonó.──dijo ella con frustración, mirándolo fijamente.──Me dejó sola.
──Aún no entiendo a qué has venido aquí.──dijo Sihtric, manteniendo su postura.
──Te acabo de decir que Daemon me dejó sola, Sihtric...──Rhaenyra dio un paso hacia él, pero él retrocedió.
──Entonces, ¿has venido aquí esperando que yo te cambie la noche.──preguntó con un tono frío.──No soy tu segunda opción, Rhaenyra.
El hecho de que no la llamara "princesa" la molestó profundamente.
──Fue tu problema ir con el príncipe Daemon. No me metas en tus asuntos absurdos.──intentó cerrar la puerta, pero Rhaenyra lo impidió.
──¿Siempre serás así?.──preguntó con el ceño fruncido.
──¿Así cómo?.──respondió, mirándola fijamente.
──Un estúpido. Siempre eres un egoísta con todos. Nunca te importa lo que les pasa a los demás.
