Capítulo 7: Esa sonrisa angelical.

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Sonaré como loca paranoica y créanme que lo soy en cierto sentido... ¿cómo encontrar normal que una estudiante de enfermería esté tan obsesionada con la sonrisa de su paciente? Se los juro, desde ese día que le hice sonreír por primera vez en no sé cuánto tiempo, me he obsesionado con la idea de siempre querer verlo de esa manera.

Admiro muchísimas veces el dibujo que hizo y colgué en mi habitación, me despierto y me voy a acostar maravillada recordando ese día, en lo adorable en que Lars se veía actuando como un ser humano sano. ¿Por qué todos le tratan tan mal? Pienso yo ahora mismo, en el fondo, sé que Lars es una gran persona que necesita ayuda para salir adelante.

Mi mente está plagada por esa sonrisa angelical, porque ésta me daba la certeza de que lo llevaría a la sanidad mental total. Lo que él necesita. La investigación secreta seguía y yo tomé un camino alterno en este proyecto; buscar formas para que mi paciente esté más a gusto consigo mismo, que sonría. Así de simple suena, cuando puede ser la cosa más difícil del maldito mundo.

Pensé mucho; imposible me era acercarme mucho a él. Ya saben, en cuánto tiempo una persona habrá estado mucho rato cerca de él. Aunque Lars no tenga intención de atacarme si me acerco, si sufrirá un ataque de pánico lo que puede afectar mucho su actitud y siempre será para mal.

Aunque debo admitir que él, al menos cuando yo estoy "cerca" y sin nadie más, deja de ser el chico reservado y malvado que tiende a manifestarse siempre. Siento que se transforma en alguien nuevo, en alguien sensible y expresivo, en una persona sana como he estado explicando todo este tiempo.

El día de hoy he pedido más tiempo para estar a su lado, era un proceso más largo el de este día. No quería saber más de su triste pasado, me dediqué más a que él pudiera descubrir la gran persona que es. No sin antes hacer que entrara en relajación extrema con un poco de meditación. Se le mostraba un tanto obstinado al principio hasta que fue cediendo. Su actitud se mantuvo desconfiada y tímida, con un cierto encanto que me entraba la curiosidad por querer saber más y más de él. Sin presionarlo demasiado. Yo le preguntaba acerca de sus mayores aspiraciones, sus gustos, buscar temas de interés; que en este caso resultó ser el arte: visual y musical.

En su infancia adoró mucho de éstos, que era pan de cada día y lo extrañaba. Que desde que entró al hospital, perdió el contacto con todo lo positivo. Su memoria era escasa, rencorosa en cuanto los traumas pero de las cosas buenas, me cuenta, que recuerdo casi no tiene, que lo ha ido olvidando con el paso de los años.

Se deprimía a ratos, rabeaba en silencio y de forma voluntaria me pedía que le ayudara a meditar para controlarse. Miedo a querer hablarme no tenía, notaba una gran confianza hacia mi persona y eso me enorgullecía demasiado.

Sin que se diera cuenta le tomé una fotografía con una cámara sin flash, para tener un mayor recuerdo suyo, me estoy volviendo loca al parecer. Igual que ese rumor que dicta acerca de toda persona que cuide de un enfermo mental... éste va a acabar demente igual que el paciente. ¿Me estará pasando lo mismo a mi?

Lo que siento por Lars es una gran fascinación a su persona, por querer sacarlo adelante con recursos básicos. No podía hacer gran cosa siendo una mujer de clase media con el sueldo mínimo que además debe estudiar y trabajar turno doble para conllevar bien este caso, era una situación muy compleja que me apasionaba.

Me apasionaba esforzarme tanto para brindar frutos tan agradables.

Pocos días más adelante, en una tarde en que me junté para almorzar con Marion, llevábamos varios minutos de silencio, no existía tema de conversación alguno y quise enseñarle la fotografía que tomé de mi paciente, ella me miró extrañada y...

- ¿Por qué cojones me enseñas eso? -encogí los hombros, sin despegar mi mirada de la imagen.

- No lo sé, ¿lo encuentras atractivo?

- ¿A tu paciente? -asentí, con una sonrisa porque capturé la sonrisa de él en un momento justo- No está mal, ¿por qué? ¿Te mola ese chico?

Dejé de sonreír y guardé la foto, percibiendo como mis mejillas se sonrojaban.

- ¿Q-qué? ¡Claro que no! Sólo te preguntaba.

- ¿Y por qué le tomáis una foto a tu paciente? ¿Acaso nos pidieron algún proyecto en dónde se deba adjuntar una fotografía de nuestros pacientes? -negué- Lo haz hecho por tu cuenta y porque querías, porque o sino, el chaval hubiera mirada para la cámara.

- Sí, eso es...

- Glenna, desde hace tiempo te pillo muy obsesionada con ese chiquillo. Entiendo que adores su sonrisa y que harías lo que fuera para que él esté contento, que se recupere de su desconocida enfermedad pronto y sea una persona normal. Lo sé. Sin embargo, eso no significa que tengas que estar todo el rato pensando en él, que lo único que hagas de tu vida sea este sujeto, tomarle fotografías a escondidas y babear en privado, coño, que eso no es sano.

- Marion, admito que me he vuelto loca, porque requiero aprobar la práctica.

- ¿En serio es la práctica? -levantó una ceja en desconfianza- Hace tiempo dejé de oír las palabras "práctica universitaria" de tu boca, éstas fueron reemplazadas por "cura a mi paciente", "felicidad de ese chico", "quiero verle sonreír de nuevo"... El cambio es radical, por tanto, muy notorio me resulta. Estás desarrollando sentimientos por él. Sentimientos de amor, amor de pareja.

- ¿Ah? ¿De pareja? No, no creo, no. Te juro que no -todo eso lo pronuncié demasiado rápido, casi sin entenderse nada- Seguro sentimientos por él tengo, de cariño y admiración, sí, es eso.

- Tienes un dibujo suyo pegado en tu habitación, ¿no crees que eso es excesivo?

- Si quieres que diga que estoy enamorada, no lo voy a decir. Porque no es verdad.

- Tienes razón, enamorada no. Atraída, que te gusta ese chico... sí. ¿Acaso tras todo lo que ha pasado, te atreves a decirme lo contrario?

He mantenido el silencio, reflexionándolo muy bien.

- Quizás sí...

- No lleves eso más allá, es tu paciente, nada más que eso. No será tu novio nunca bajo ninguna circunstancia.

- ¿Y si así lo deseo?

- Estás loca... sólo diré eso. No pueden tener nada. Por la condición suya y porque eso te metería en graves problemas. Vamos, que en mi caso, mi paciente también me quita mucho tiempo y le tengo mucho cariño, es guapo y le quiero. ¿Sabes? Aún así nunca tendría algo con él, James es un muchacho que requiere más ayuda, recursos que yo no podría darle y es poco probable que él me quiera. ¿Por qué no piensas en tu caso...? el tuyo es peor que el mío. No hay posibilidad de nada, Glenna, sería herirte a ti misma a tontas y a locas.

- Sólo quiero que Lars sea feliz, nada más... sería hermoso que yo sea esa razón. No lo niego.

- Insisto... te estás haciendo daño de esa forma. Puedes hacer que sea feliz sin que incluya cosas románticas, no sé si me explico...

- No, si te entiendo, Marion, a ver... Sólo espero que el "amor" que yo siento por Lars no vaya tan lejos, que sea sólo amor de enfermera que busca cura a su paciente, y no de una enfermera que desea besar y tener de novio a su paciente.

- Veamos cómo es que sale todo.

- Así es.

Él es peligroso, yo enamoradiza, ¿quién lo diría? No hay forma de que exista algo bueno entre nosotros. Negativo con positivo resulta negativo, no. No podemos ser novios ni nada. Oh, ¿por qué sabiéndolo me hago mayores ilusiones y mis ganas por querer curarlo aumentan?

Químicamente Peligroso y Enamorado (METALLICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora