Smiling Man

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Lucifer nunca fue alguien que no disfrutara de una fiesta. Sin duda, Lilith había hecho un excelente trabajo planificando esta juerga de cumpleaños , y sin duda fue un éxito en términos de glamour y extravagancia; se esforzó por lograrlo con su capacidad económica. Pero no negaría que estaba contento de que finalmente todo hubiera terminado a altas horas de la noche, cuando ya se habían bebido las bebidas y se habían bailado las canciones, y los invitados estaban en la azotea y ya se habían ido.

Bueno, no todos, considerando que todavía tenía algunos... "asuntos" que resolver.

“Supongo que la casa de latas ha estado haciendo buenos negocios”, comentó mientras contaba tranquilamente los billetes de un sobre manila determinado. "No está nada mal. Cubriste todos los intereses”.

“Así es, jefe”, sonrió Valentino con orgullo. "No podría haberlo hecho sin mi preciado hijo".

“Ese 'Angel Dust', ¿estoy en lo cierto? Debe ser un verdadero placer para el público”.

"Seguro es."

Por lo general, Lucifer no sería quien manejara directamente las transacciones de los negocios que poseía, y era raro que sus tres principales asociados se reunieran; Nueva Orleans estaba bajo la mirada de Val, Velvet supervisaba al vecino Jackson en Mississippi y Vox estaba un poco más lejos, en San Francisco, California. Pero como esta noche les había permitido reunirse, bien podrían matar dos pájaros de un tiro.

Pero eso no significaba que Lucifer estuviera interesado en prolongar el reencuentro y golpearse las encías con ellos. Tuvo una noche larga, y no había mejor manera de terminar su cumpleaños con una buena nota que un buen descanso con su encantadora Lilith, quien sin duda lo estaba esperando en la cama para su último 'regalo'.

No hace falta decir que se alegró de que las cosas pareciera que estaban llegando a su fin ahora, y con una ligera impaciencia les dijo: “Bueno, si no hay nada más que mencionar, diría que ya casi terminamos por esta noche. "

Lucifer simplemente les hizo señas para que se dirigieran a la puerta y se ocupó de sacar un cigarrillo para fumar por última vez antes de retirarse a pasar la noche. Pero mientras se ocupaba en encender su bastón, sus tres asociados intercambiaron una mirada que suscitó una pregunta que había estado rondando sobre ellos durante toda la noche.

"Disculpe por preguntar, jefe, pero sobre ese tipo..."

Lucifer no tuvo que preguntar a quién se refería "ese tipo". "¿Qué hay de él?"

La indiferencia en su tono debió haber desconcertado a Valentino, y la incertidumbre apareció en sus rasgos mientras se rascaba el dorso de la mano. "Bueno... sabes quién es él, ¿no?"

Antes de que Lucifer pudiera siquiera responder, Velvet intervino, como para iluminar la conversación. “¡Alastor Carlón! ¡Famoso locutor de radio de Nueva Orleans! —gorjeó con excitable alegría, casi rebotando en su asiento. "¡Y probablemente el tipo más apuesto de todo el Sur!"

No se prestó más atención a la adulación de Velvet y Valentino continuó su lado de la conversación. "Oh, sí. El punto es que en realidad no es un gato normal , ya ves. Con reputación y todo, casi todo el mundo en N'awlins sabe quién es.

Se escuchó una burla detrás de él y Vox agitó perezosamente el hielo en su vaso vacío con una mueca. “Bueno, nunca había oído hablar de él. No creas que es un gran alborotador, ese cabrón de la radio.

"¡Eso probablemente se debe a que estás demasiado ocupado poniendo en marcha una tonta 'caja de presentación de imágenes' en Frisco como para poder disfrutar de una buena radio en el Sur!" Velvet bromeó con una alegría infantil, lo que sólo hizo que Vox se burlara de disgusto.