Smiling Man

39

Hasta donde Husk sabía, Alastor no tenía amigos.

Bueno, aparte de él mismo, Niffty y Rosie, e incluso Mimzy hasta lo que pasó. No podía estar muy seguro de si Alastor tenía algo por el estilo en el trabajo o cuando estaba tramando Dios sabe qué, pero definitivamente no parecía ser del tipo que mantiene a la gente cerca. "Antisocial" podría ser lo que era.

Entonces, Husk no estaba muy seguro de cómo él y el extraño parecían conocerse bastante bien.

El camarero entrometió discretamente, fingiendo que limpiaba los vasos mojados para mantenerse a una distancia suficiente para intentar escuchar. No estaba seguro de por qué no seguía ocupándose de sus propios asuntos como siempre lo había hecho, especialmente si Preocupado Alastor. Pero con todo el comportamiento extraño y extraño que el hombre había estado mostrando hasta el momento, pensó que era mejor permanecer en guardia a su alrededor, incluso si eso significaba tener que estar más consciente para intervenir si era necesario.

Si Alastor era consciente de ser observado, Husk no podía estar muy seguro. Probablemente lo hizo y probablemente no le importó, o estaba completamente ajeno a ello porque parecía demasiado absorto en conversar con el nuevo rostro que ahora se había movido para sentarse justo a su lado. Sus voces eran bajas y silenciosas, como si la naturaleza de su conversación fuera confidencial, y eso sólo hizo que Husk sospechara aún más. Más aún cuando el hombre del traje a rayas dijo algo que siguió con una sonrisa confiada mientras observaba a Alastor contemplar lo que le decía en voz baja.

De repente, el locutor de radio tomó su vaso y bebió el resto de su bebida, antes de levantarse y arreglarse el traje mientras esperaba que el extraño terminara su maíz . Alastor no le dedicó otra mirada a Husk mientras se despedía, y el camarero sólo pudo observar en un silencio inquisitivo. El extraño parecía tener más sonrisas que el locutor de radio en ese momento, pero había algo un poco desquiciado en su mirada que el camarero no parecía entender qué tan extraño parecía.

Mantuvo sus ojos en ellos mientras cruzaban el piso y subían las escaleras, antes de desaparecer hacia donde se dirigían.

"¿Oye, perro esquimal?"

Husk se volvió hacia Niffty, que ya estaba sentado en el taburete de la barra. “¿Podrías hacerme un Sidecar? Realmente me siento como un gato sobre un tejado de zinc caliente...

La pobre muñeca. Ella no había sido más que un manojo de nervios desde ese día con Charlie, temiendo por su vida ante la idea de haber hablado demasiado y probablemente meterse en problemas en Alastor. Pero viendo cómo él aparentemente la dejó ir, era muy necesario un trago para calmarse de su pequeño nerviosismo.

Husk acababa de poner la rodaja de limón para adornar el cóctel cuando Rosie de repente llegó corriendo a la barra con inmensa preocupación y confusión dibujadas en sus rasgos. “¿Viste con quién se fue Alastor, Husker?” preguntó en una fracción de segundo.

Eso fue lo que agravó la sensación de que algo andaba mal con Alastor, más aún cuando él asintió en respuesta y vio cómo el temor comenzaba a crecer en su rostro. Incluso Niffty se puso nerviosa, el borde de su copa de cóctel flotando sobre sus labios mientras esperaba con anticipación. Rosie solo miró fijamente lo alto de las escaleras mientras se mordía ligeramente la uña del pulgar con inquietud, apretándose los dientes de una manera que no se parecía a su comportamiento aplomado.

A Husk definitivamente no le gustaba lo incómodo que reinaba el aire entre ellos en este momento. "Rosie, ¿qué está pasando?" preguntó.

"No lo sé, Husker", murmuró Rosie pesadamente. "Por mucho que no sé por qué Alastor simplemente se fue con uno de los chicos problemáticos de la Gran Manzana ".