Capítulo 2

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El metro de Madrid en verano es una de las grandes maravillas de esta vida. Puedes sentarte donde quieras y no hay que estar preocupándose de si alguien se sienta al lado tuya con las piernas abiertas de más, o una anciana te mira mal por no cederle el sitio o alguien con sobrepeso ocupa su sitio y el tuyo. Tienes todo el espacio del mundo para ti, y eso era lo que necesitaba Nerea esa mañana de resaca en la que el dios griego del agua le había convertido en su elegida. Espacio, mucho espacio, y tranquilidad. Aunque lo último era mucho pedir.

Su teléfono sonó, era Coral. "Por favor, que no me haga más preguntas": pensó mientras miró el nombre de su amiga en la pantalla de su teléfono. Respiró hondo antes de cogerle la llamada:

-Hola, Coral

-¡Nerea! ¡¿Sabes qué?! El que ha sobrevivido a las llamas está publicando que ha podido sobrevivir porque puede controlar el fuego, y ha subido varios vídeos controlando el fuego, ¿tú puedes controlar el agua, tía? ¿Puedes y no me lo has contado? Porque si así, quiero verlo, obviamente.

¿Qué estaba haciendo el chico ese? Poseidón le había dicho que fuese un secreto y ese chico, lo estaba gritando a los cuatro vientos. ¿Qué se suponía que hacía contándolo por las redes sociales? ¿Qué tendría que hacer Nerea al respecto?

-A mí también me gustaría verlo. -rio Nerea, como si lo que acababa de decir Coral fuese una locura-¿Te imaginas, yo, controlando el agua, cuál Katara? Molaría mucho.

-¿Entonces no controlas el agua? Porque, si es así, podrías ser una superheroína y yo, la operadora que está con el ordenador, ayudándote desde la distancia- contestó con cierta desilusión

-Coral, has visto demasiadas series de superhéroes, es momento de descansar de ellas por un tiempo- le reprochó Nerea, aguantándose la risa

-Ya, es que ha sido muy raro lo de hoy. Pero, a lo mejor, entre las noticias y que sigo un poco pedo de ayer, mi cerebro lo ha asimilado mal - reflexionó

-A ver, yo no me fiaría mucho de tu cerebro hoy, ayer te bebiste hasta el agua de los floreros

-Ya, tía, que buena noche

-¿Coral, te acuerdas que te tiraste a Pedro?- le preguntó Nerea, haciendo memoria de la fiesta de la noche anterior, para ver si podían cambiar de tema

-¿Cómo? Hostia, es verdad. Dios, que cagada... por eso tengo tantos mensajes salidos suyos hoy. Vale, estaba como: "Pedro, lo dejamos hace 6 meses, ¿por qué me mandas estos mensajes?". Al final, es porque me lo tiré ayer. Joder, ¿qué me pasa?

-Que te bebiste los tres primeros cubatas muy rápidos y te encontraste a tu ex, eso te pasa-rio Nerea en aquel vacío metro, como si nada hubiese pasado

-Tía, voy a llamarle, esto tengo que aclararlo cuanto antes

-Vale, luego me cuentas, ¿vale?

-De acuerdo. Si empiezas a controlar el agua, avísame.

Colgó con una última broma. Sin embargo, como dice el dicho: "Entre broma y broma, la verdad se asoma", y esta vez, se iba a caer de tanto asomarse. Nerea podía controlar el agua, pero no podía asimilarlo. No entendía nada, y menos la explicación de Poseidón. ¿Qué tenía que ver el horóscopo en todo aquello? Menos mal que tenía una amiga obsesionada con los horóscopos. Estaba segura de que su quería amiga conseguiría aclarar todas sus dudas. Sin embargo, eso no era lo más importante. Lo más importante, era que no tendría que preguntarle a Poseidón, el cuál le parecía cada vez más un sireno paranoico y nada de fiar.

Después de algunas paradas más de metro, llegó a la parada de Delicias, por ahí vivía su amiga Sibila. Se habían conocido en la carrera. Ambas, acababan de finalizar la carrera de matemáticas. Ambas eran pruebas vivientes de que las personas al finalizar esa carrera no acababan bien de la cabeza. De hecho, en ese momento, Sibila y Nerea eran un claro ejemplo de tener una pésima salud mental y emocional. Nerea se refugiaba en salir de fiesta y buscar trabajo, Sibila se refugiaba en el horóscopo y en temas sumamente extravagantes, cada una con lo que pillaba para sobrevivir.

La elegida de Poseidón (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora