El resto del celo fue igual de intenso pero todo se redujo las últimas horas, ambos estaban igual de exhaustos cuando sus lobos habían cedido por completo el control a sus partes racionales, al abrir los ojos Hyunjin se sintió tan feliz de ver a Jeongin rodeando su cuerpo, de sentir su respiración tranquila pegada a su pecho, tiene tanta felicidad en su ser que cree que va a explotar de felicidad, aunque a decir verdad siente algo extraño, como si su instinto posesivo estuviera activado al 100%, la simple idea de alejarse de Jeongin o de que alguien más se le acerque es impensable, sabe que es normal tomando en cuanta que acaba de terminar su celo y tampoco va a negar que tener a Jeongin cerca es fabuloso, solo no quiere que su omega crea que es un alfa tan terriblemente posesivo, aunque lo sea.
Siente que cada músculo de su cuerpo pesa y duele tremendamente, pero su lobo no está lo suficientemente cansado para olvidar que Jeongin se sentirá igual que él y que el menor no ha comido adecuadamente en varios días, así que estando de acuerdo con su parte animal, se puso de pie, no sin antes liberar su aroma para llenar todo el nido con él, besó la mejilla de su ángel con delicadeza y caminó a la cocina para prepararle un desayuno digno a su omega.
Se acercó a su teléfono para revisar las notificaciones existentes, encontrando así una muy importante para él, era el aviso de un nuevo correo electrónico que leyó apresurado y con una gran sonrisa formándose en sus labios, luego de unos minutos donde respondió a dicho mensaje, dejó su teléfono en la sala de estar y continuo con sus planes, aún era muy temprano así que se tomó el tiempo necesario para sacar a Kkami de su escondite, limpiar la sala de estar, el comedor y la cocina, y además preparar una amplia variedad de alimentos, tenía huevos revueltos, tocino, panques, fruta picada, pan tostado y tortitas de papa, todo exhibido para que el menor pudiera nutrirse adecuadamente.
Estaba sirviendo café en una taza, la comida olía estupendamente haciendo a su estómago rugir ante el hambre, pero de pronto un aroma opacó a todos los demás, el de su precioso omega que se acercaba a la cocina con rostro adormilado y su pijama puesto, sintió sus pequeños brazos rodearlo por el torso y ni siquiera trató de evitar la enorme sonrisa que adornaba sus labios.
Se sentía tan bien estar cerca de Jeongin, se sentía tan querido y tenía siempre esa hermosa sensación en el estómago acompañada de la impaciencia por escuchar su voz y ver sus ojos azules, podía ver a Jeongin siendo solo Jeongin por mil horas seguidas y adorar cada segundo de eso, es el sentimiento más lindo que ha tenido en su vida y nunca quiere perderlo.
-Hola, bebé- saluda pero continua con su labor, está vez preparando la leche con chocolate para el omega -¿descansaste?- sintió la mejilla del ojiazul contra su espalda asintiendo lentamente.
-Hola, ricitos- liberó un suspiro cuando por fin el alfa se giró para apresarlo entre sus brazos y frotar su mejilla contra su cuello para marcarlo con el tabaco y la tierra mojada, las mariposas se agrupaban en su estómago por la felicidad y su corazón latía rápidamente, Hyunjin los giró con lentitud y lo subió a la barra de la cocina para besarle en los labios.
Los besos eran suaves y tranquilos, deslizándose a su mandíbula y arrebatandole suspiros al omega cuando sintió la nariz del alfa pasarse sobre la piel de su cuello, llena de marcas rojizas al igual que todo su cuerpo, el alfa se encuentra en la misma situación, con huellas de los pequeños dientes del menor y sus uñas en casi todo su cuerpo, pero no podían importarles menos, a ambos les encantan las marcas dejadas en el cuerpo del otro por ser los estragos del celo compartido.
Jeongin lleva sus dedos al cabello despeinado del ojiverde y los enreda en los rizos para brindarle un masaje en el cuero cabelludo, las manos de Hyunjin están puestas en su cintura y lo acarician con ternura, cada uno tan ávido de cercanía como el otro.
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Where we land > Hyunin
أدب الهواةHyunjin es un alfa puro que se niega a serlo, rechaza sus instintos y por ello siempre ha pasado como beta, hasta que un accidente lo lleva a conocer a Jeongin, un omega que enloquece a su alfa interior y remueve su naturaleza. O donde Hyunjin q...