Lo prometiste

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Por su puesto la noche fue un tormento, fue incluso mucho peor que cuando Hyunjin estaba del otro lado del mundo, tenerlo cerca era aún peor si se encontraba en ese estado, porque ahora no había nada separándolos, simplemente no podían abrazarse, o si podían, pero Hyunjin no le correspondía y dolía demasiado; antes al menos tenía el consuelo de hablar con él, escucharlo al otro lado de la línea sabiendo que estaba bien.

Jeongin no pudo pegar los ojos en toda la madrugada, tenía mucho miedo y cuando por fin durmió unos minutos, su padre le llamó por teléfono, despertándolo para que saliera a desayunar algo con él y su familia, no quería alejarse del alfa, quería observarlo todo el día si era necesario para asegurarse de que está bien, no quería separarse de nuevo pensando en las muchas y muy malas posibilidades de que algo cambiar mientras él no estaba ahí para cuidarlo.

-Voy a salir solo un momento, ricitos- se colocó el saco de Hyunjin, porque aun olía a él y se acercó a la camilla, limpiando la humedad de sus ojos, y dejó un beso suave sobre la frente del mayor -te amo, prometo no tardar demasiado- su mano sujetaba la de Hyunjin, fue tan difícil soltarla...Pero lo hizo.

Caminó por el pasillo largo, se sentía helado con todas esas paredes blancas que normalmente le son familiares al verlas todos los días, cada paso estaba unos centímetros más alejado de Hyunjin, se sentía pesado al avanzar, pero abrió las puerta para encaminarse hacia la sala de espera donde se supone encontraría a sus padres pero eso no fue exactamente lo que vio, si no a un Alfa que le resultaba muy familiar, pero su mente simplemente no asimilaba nada por el momento.

-¿Jeongin?- cuestionó con una sonrisa confiada y se acercó a él, quedando apoco más de un metro de distancia, solo entonces el omega pudo reconocerlo, se trataba de su antiguo jefe, Charlie quien es el hijo del señor Jeffries, al omega se le hizo un nudo en la garganta al recordar que no lo había visto desde que su padre falleció -¡que gusto me da verte, no lo puedo creer!- el alfa se veía sonriente, el tiempo a pasado y es obvio que volvería a su vida, a Jeongin le alegra verlo bien.

-Hola, también me da gusto verlo- sonrió a duras penas después de todo no estaba del suficiente humor -¿Cómo han estado?-

-Muy bien, lo de mi padre fue un proceso difícil pero seguimos recuperándonos- asintió

-Nunca tuve oportunidad de darle el pésame personalmente, de verdad lamento mucho la muerte del señor Jeffries- hizo una mueca para ocultar las ganas de llorar que ya no sabe si son por recordar la anciano o por la situación en la que su alfa se encuentra -aunque fue muy poco tiempo le tomé mucho cariño y lo recuerdo cada día, le aseguro que su padre era alguien fabuloso-.

-Gracias por tus palabras, y yo quería agradecerte por todo el apoyo que le diste esas semanas, eres un gran enférmelo, Jeongin- su mano se colocó en el hombro del omega, se sentía demasiado pesada, Jeongin sabe que es por su propia debilidad, lo único que quería hacer era tirarse al piso y llorar, él y su lobo estaban de acuerdo en que les estaba costando mucho seguir de pie a esas alturas del partido -¿estás bien? Te noto un poco pálido- Charlie lo agitó un poco por el hombro y el omega asintió, parpadeando algunas veces para despejarse al menos un poco.

-Si, perdone...- se disculpó por nada en particular -mi alfa tuvo un percance el día de ayer y no me siento bien por eso-.

-¡Oh, cielos! Lo lamento mucho ¿Cómo está el?- su preocupación era genuina en el rostro y Jeongin casi pudo ver al señor Jeffries en él, el anciano nunca se caracterizó por un mal humor a pesar de su enfermedad, era muy expresivo, un alfa respetable que le contaba historias de su juventud mientras Jeongin hacia tarea a mitad de la noche, lo regañó muchas veces y se preocupaba por él, por ello el omega le tomó tanto cariño, Charlie es muy parecido a él, incluso en los gestos.

Where we land > Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora