Al parecer he hecho grandes alianzas a lo largo de mis 12 años de vida, ya que al esparcirse la noticia de mi accidente llegaron grandes regalos, sobretodo de la emperatriz rusa, quien incluso vino alguna vez a visitarme y traerme ella misma sus presentes.
Desde la llegada de mi amigo norteamericano mi vida tiene algo más de diversión que solo quedarme viendo el patio.
Ahora, hago lo mismo, pero con una excelente compañía.
Cuando mis hijos llegaban en la noche todos cenábamos juntos y hablábamos de cómo les había ido a mis hijos hoy mientras les dábamos consejos y anécdotas chistosas.
Para mí era algo inevitable pensar que diferente serían las cosas si tal vez me hubiera enamorado de otro territorio, tal vez hasta de mi propio amigo.
Pero eso era algo imposible, ya que él nunca se habría fijado en un país tan pequeño como yo, que pasa a veces por inadvertido.
Pero, si hubiéramos tenido la oportunidad creo que hubiéramos tenido una linda relación. Me gusta este ambiente familiar, que se siente tan prohibido para un ser de tierra como yo, que solo sabe que es la guerra.
Y que incluso así fue engañado de una manera muy poco elaborada.
Pero, prefiero vivir en el ahora con mi nueva "familia".
Me desperté más temprano de lo habitual, otra vez tuve ese horrible sueño donde reencarnaba a IB y vivía todo lo que sufrió con el vil Imperio Español.
Cuando estos sueños pasaban prefería simplemente pasear sin rumbo hasta que mis brazos se cansaran y luego volver a casa.
Hoy mi camino me llevo a conocer el famoso jardín de Páez, donde encontré la más hermosa vegetación que haya visto mi ojo. Todo estaba rodeado con hermosos muros blancos que le daban un hermoso toque a todo el ambiente del lugar.
Se sentía como un lugar bíblico y relajante.
Aunque mi relajación no duro mucho tiempo ya que escuche la voz de Páez junto a la de otro caudillo.
— Venezuela debe ser independiente de este país que se cae a pedazos, no vamos a seguir con esto solo porque lo dice Bolívar.
— Bolívar me puede mama' un webo —exclamo Páez—, no vamos a quedarnos con las puras migajas, hablaremos con el congreso y el mismo Venezuela a ver qué opina. Si no haremos un nuevo país y ya está.
Refunfuñando Páez se dirigió al interior de su casa mientras yo me levantaba del suelo y emprendía mi viaje de vuelta a mi hogar, antes que mis hijos se dieran cuenta de mi extraña fugada.
Tendría que hablar con ellos sobre esto.
Se acerca el momento.
En mi habitual convivencia con mi amigo ahora republicano mientras mis hijos trabajaban, nos gustaba charlar de cómo nos sentíamos como nación y las responsabilidades que ello traía.
Ahora siento que luego de nuestras charlas, me acerco un poco más a la compresión por cómo me he sentido siempre con los sentimientos y ver que otros también se sienten así me hace sentir un poco más alivianado.
— Yo, creo que voy a morir muy pronto —solté sin más.
— De que hablas, te veo bastante bien.
— Yo... Quiero que mis hijos sean totalmente independientes, ya no quiero seguir con el sueño de Bolívar —digo algo nervioso mientras miro mis manos—. ¿Está bien eso?, ¿no seguir el propósito con el que nací?, ¿no estoy defraudando así a todos los que esperaban que fuera una sola nación? ¿Qué hagos-.
De repente siento como las manos de mi amigo me toman la cara con fuerza, haciendo que me calle por fin.
— Esta bien siempre que tú quieras eso. —me dijo, solo mirándome fijamente a los ojos.
En este momento siento algo distinto, como si con su mirada pudiera conectar directamente con su corazón y su alma, como si solo desde ese momento pudiera notar algo que nunca había terminado de ver con claridad, incluso con un solo ojo.
Esos orbes dorados que tiene por ojos, dignos de ser comparados con el Sol de Maracaibo.
— Tus ojos son hermosos —solté sin más.
— Lo sé, son míos, es algo obvio que serian hermosos.
Luego de reírnos nos quedamos lo que para mí fueron días mirándonos, sentía que el tiempo pasaba sumamente rápido o extremadamente lento.
Alguna de las dos debe ser.
Pero sin darme cuenta, ni cómo ni en qué momento, nuestros labios terminaron unidos.
Creo que es lo que llaman un Beso.
Hoy es definitivamente el día que moriré, mis hijos y mi nuevo compañero mexicano están junto a mi cama mientras me ven recostado mientras los miro a todos.
Las separaciones de mis hijos deberían ser totalmente oficiales en algunos minutos.
Mis hijos lloran mientras los abrazo, al igual que mi compañero.
En este preciso momento de mi existencia, veo que vivir nunca fue tan malo como pensaba, realmente me hubiera gustado vivir un poco más y ser capaz de ayudar a mi nueva familia en lo que necesitaran y luchar por ellos.
Pero siendo sinceros, en este momento solo soy un peso de viaje que ellos deben soltar, ya que en mi estado no les soy de utilidad.
Necesitan emprender sus propios caminos, con sus propias maneras y sus propios sentimientos.
— El último regalo que puedo darles a todos ustedes es desearles mucha suerte, mi familia. Estoy orgulloso y feliz de tener el honor de que ustedes sean personas tan importantes para mí.
«Muchas gracias...»
.
.
.Esas fueron las últimas palabras de Gran Colombia al dejar el mundo terrenal, dejando con su muerte en esa cama, no solo la memoria de un territorio con grandes sueños, sino también una bandera con los colores tricolor de su portador.
Así es como termina la historia de Gran Colombia, el country más humano, pero que aun así tenía.
Un corazón roto.
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❝ 𝓒𝓸𝓻𝓪𝔃𝓸𝓷 𝓡𝓸𝓽𝓸 ❞┊↠𝐆𝐫𝐚𝐧 𝐂𝐨𝐥𝐨𝐦𝐛𝐢𝐚↠
Fanfiction🥀] Una historia donde el Imperio Español, segado poe la ira, se le ocurre la idea de enamorar y robar a la Gran Colombia como parte de su venganza. 🥀] Y donde el grancolombiano tendrá que cuidar de 4 hermosas criaturas. * • • ◕◕════🍂🍃════◕◕ • •*...