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El camino regreso a Seúl fue silencioso. Tzuyu simplemente decidió poner sus audífonos a todo volumen mientras se relajaba cerrando los ojos, aunque la verdad es que eso no era más que una estrategia para evitar el incómodo trayecto que le esperaba con Sana.

Mientras tanto, la rubia parecía estar en un estado automático, sólo manteniendo su visión en la carretera mientras trataba de conectarse en dicha a acción, como si su corazón no estuviera inquieto ante la presencia de la menor.

La única parada que ambas hicieron fu en una tienda de conveniencia a un lado de la gasolinera para tomar aire fresco y estirar el cuerpo. Sana fue directo al baño para refrescarse mientras Tzuyu se dirigió a las botanas y solo tomó unos cacahuates. Mientras miraba curiosa el lugar dió a parar en el pasillo de los bebés y el aroma atrapó su nariz haciendo que su atención se sumergiera más en los objetos de recién nacido deteniéndose en la ropa, sonrió al ver los adorables trajes de osito, junto con los pequeños gorritos y baberos... Todo era tan adorable.

Sí hacía cuentas, su sobrino nacería a mediados de noviembre y el frío empezaría a florecer en esa época.- Tal vez sea buena idea regalarle una mantita. - Se dijo así misma observando con cariño las cobijitas. Luego miró las sonajas y peluches.

Aún no tenía idea si sería niño o niña, pero tal vez regarle algo neutro sería la mejor opción.

¿Cómo sería ese pequeño? Tzuyu pensó en lo lindo que sería poder ver un poco de su hermana en el bebé, aunque sabría que sería inevitable el parecido con esa omega, da igual, es omega era muy bonita después de todo.

Regreso al pasillo que estaba cerca del área de caja esperando que Sana terminara de hacer lo suyo y miró a una chica bajita tratando de alcanzar algo de estante de arriba, por su aspecto Tzuyu intuyó que era una omega. Se apresuró a ayudarla a alcanzar el objeto que tanto quería.

La omega no pudo evitar sonrojarse al mirar que alguien la ayudó y más cuando esa chica era una alfa muy atractiva. - Gracias... - Habló tímidamente.

- De nada. Ví que no podías alcanzarlo. - Tzuyu bromeó con una sonrisa.

La omega sonrió sin mostrar dientes. Esa alfa en verdad era atractiva.

Tzuyu miró el paquete que la chica tenía entre sus manos. - Hey, esa marca es muy buena.

Ambas rieron.

- Si, me gusta mucho. Aunque sea una lastima que no se encuentre en todos los supermercados. - Contestó dulcemente.

- Yo siempre la pido por internet, aunque solo la venden por mayoreo pero siempre tengo mi alacena llena. - Habló animada.

- Gracias... Tal vez lo empiece a hacer.

- Ah si, y deberías combinarlo con... - Tzuyu hablaba animadamente hasta que una voz que sonaba molesta las interrumpió.

- Tzuyu... - La nombrada se volteó mirando ahora Sana quién se veía muy molesta. - Pon eso en al caja y vámonos. - Habló de manera seria.

Tzuyu no pudo evitar fruncir su ceño molesta. Sin embargo, hizo lo que la mayor le ordenó, no quería hacer una escena en ese lugar público. - Lo siento. - Pronunció dándole una reverencia a la omega a su lado para luego irse.

- No te preocupes. Y muchas gracias, Tzuyu. - Se despidió con una sonrisa.

La loba de Sana se sintió más molesta al escuchar a esa omega hablarle así a su Tzuyu.

Ambas chicas tomaron un par de cosas más y se dirigieron a la caja dónde Sana pago y se dirigieron al estacionamiento.

Sana se sentía muy molesta aún. - ¿Qué hacías con esa omega? ¿Por qué le hablas así? - Cuestionó con bronca.

𝙱𝚕𝚞𝚎 [𝙳𝚊𝚑𝚖𝚘]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora