𝙱𝚕𝚞𝚎 [𝙳𝚊𝚑𝚖𝚘]

39

2021.

Nayeon se dejó caer sobre la silla de espera y Sana palmeo su hombro. - Tranquila, unnie. Sólo hay dos personas antes de nosotras.

Sana dejo salir un suspiro preocupada. Su unnie estaba muy pálida, debió haberle hecho caso cuando le dijo que debían ir al médico hace días, desde que su falta de apetito y sueño se habían presentado, pero Nayeon insistió en que debía ser solo una gripe de temporada.

Pero ahora apenas podía caminar.

- Si me hubiera hecho caso, podría haberla llevado al hospital, no al doctor de la universidad. - Reprochó Sana.

Pero Nayeon no respondió. Se abrazo a su misma tratando de sentir un poco más de calor... Tenía mucho frío.

Sana vió esto y se quitó su suéter extendiendoselo a Nayeon pero está se alejó recahzandolo. No es que el aroma de su amiga fuera malo, pero ella quería el aroma de otra persona...

- ¿Crees que falte mucho? - Preguntó con la voz temblorosa. - De verdad me siento mal.

Sana miró hacía la puerta del consultorio. - No creo, resista unnie.

Una llamada entro al teléfono de Sana y la omega rodo los ojos. - Lo siento, unnie. Tengo que contestar, ya sabe cómo son mis padres.

Nayeon se quedó en ese asiento sola de nuevo mientras su cuerpo seguía temblando y su corazón parecía tener una pequeña taquicardia.

Su loba estaba aullando y rasguñando su pecho pidiendo ayuda al igual que Nayeon. Se sentía muy triste pero no ella entendía por qué, no había necesidad. Sólo sabe que quería la compañía de un omega a su lado, pero tenía a Sana a junto suyo y eso no la estaba ayudando. Visitó la semana pasada a Dahyun en Seongman y tampoco fue de mucha ayuda.

Su loba volvió a llorar desconsoladamente.

Entre tantos pensamientos que venían a ella, empezó a sentir un tirón en su pecho, como si alguien tomara sus nervios y los jalara hasta querer verlos reventar. - Ahhhhh... - Jadeo de dolor. - Ahh...

"¡Ayúdame, por favor!"

La pequeña taquicardia empezó a hacerse más fuerte, como si empezará a tener un ataque al corazón y su cabeza dolió como el infierno. Su rostro se empapó de un momento a otro por las lágrimas incontrolables que la invadieron.

¿Que le ocurría?

- ¡Nayeon! - Sana grito antes de colgar la llamada e ir en dirección a mayor. - ¡Nayeon! ¿Qué te ocurre?

Pero la alfa sólo dejó salir más quejidos de dolor sintiendo sus nervios ser estirados sin piedad hasta que por fin lograron reventarse.

Y cerró los ojos lentamente.

- ¡Nayeon! - Grito. - ¡Ayuda! - Sana era ahora también un mar de lágrimas. - ¡Ayuda por favor!

El personal que había dentro del consultorio salió de inmediato encontrándose con la escena de alfa desvanecida mientras más alumnos se acercaban a ver curiosos formando un tumulto de gente.

Los enfermos llevaron rápido a Nayeon al consultorio y la inspeccionaron mientras otro personal quería reanimarla.

Pero era tarde, su lazo ya estaba roto.

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Al parecer, el sueño ponía muy floja a mami ya que no tardó en volver a quedarse dormida. A Haerin no le molestaba quedarse a cuidar a mamá, pero su estómago rugía de hambre.