𝙱𝚕𝚞𝚎 [𝙳𝚊𝚑𝚖𝚘]

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- Mis padres dicen que estoy haciendo malcriada a Haerin. - Jihyo abrazó sus piernas mientras miraba a su pequeña jugar en los columpios del parque. - Dicen que está muy dependiente de mí.

Nayeon hizo una mueca escuchando aquello. Apenas había pasado una semana y Haerin parecía ir confiando cada vez más en Nayeon y a su vez Nayeon había podido constar que era una niña buena.

- Bueno, es una niña y eres su única figura materna, no sé cómo planean que sea diferente. - Habló en un tono también triston.

Jihyo se había tranquilizado bastante cuando supo que Haerin había defendido a una amiguita suya en el colegio y por supuesto que reclamó en la escuela, tuvieron que llamar a las mamás de los otros niños y a excepción Danielle, todos tuvieron una semana de suspensión.

Aunque el castigo no fue removido para Haerin, ya que eso no quitaba que el hecho de haber mordido a un niño para imponerse ante el.

Por fortuna, su familia tuvo que salir a ver a un familiar y Jihyo se quedó sola con Haerin, pues la pequeña ya había terminado sus clases y no podía perder más clases. Jihyo también tenía unas asesorías financieras que cubrir. Eran solo ellas dos... Y Nayeon.

- No sé, a veces creo que se les olvida que tiene solo seis años y es una niña. - Habló melancólica. - Pienso que le exigen mucho por qué es una alfa. - Suspiró. - Mi papá es un buen tipo, Pero sigue siendo un alfa de la vieja escuela en varios aspectos ¿Sabes? Mi papá jamás tuvo un hijo alfa y nos trató como sus princesas, pero siento que si hubiera sido alfa hubiera sido algo duro.

- Creo que al final del día cada casta tiene sus batallas. Cuando era niña siempre me sentía mal por no poder ser más grande o más imponente. - Miró hacía el pasto verde debajo de ellas. - Pero tienes la oportunidad de hacer un mundo mejor para ella, eso debería motivarte.

- Extraño mucho a Jeongyeon en momentos como este. Tal vez ella me hubiera ayudado a tomar mejores decisiones y Haerin si tendría un buen ejemplo a seguir.- La melancolía en su voz era evidente.

Jihyo había empezado a ser más abierta también con el tema de Jeongyeon y a Nayeon no le molestaba escucharla en lo absoluto. Había algo en esas pláticas que encontraba reconfortante.

- ¿Puedo saber cómo fue? - Preguntó con algo de inseguridad. - Sólo, si quieres, está bien si no te sientes segura.

Jihyo volvió a suspirar. - No, está bien, no te preocupes. - Se tomó unos segundos antes de iniciar con su relato. -Creo que al papá de Jeongyeon nunca le agrade por completo, cuando le dijimos del embarazo estuvo orgulloso de su hija al principio, pero el... Quería hacer actuar a Jeongyeon de maneras desagradables, le decía que no debía salir en lo que estaba embarazada, insistió en que dejará la escuela para dedicarme a cuidar de Jeongyeon y el bebé, hacía que Jeongyeon siempre me marcara con su olor y en que debía siempre avisarle dónde estaba o que hacía. Cuando Haerin nació todo fue escalando, Jeongyeon no dejaba que saliera si no era con ella y decía que solo ella debía trabajar por ser la alfa... Tuvimos varías peleas durante algún tiempo. Había comparado con sus ahorros y la ayuda de su padre un departamento para ambas, pero pensé seriamente en regresar con mis papás y dejarla.

Nayeon arrugó el entrecejo. - ¿Ella te trataba mal?

Jihyo negó después de unos segundos. - Ella era muy linda, sólo que en ocasiones su padre era muy duro con ella, pero una vez discutimos muy fuerte y de verdad pensé en irme, Haerin tenía ocho meses apenas. Pero ella y yo hablamos, me pidió perdón y dijo que iba a cambiar.

Nayeon abrió los ojos sorprendida. - ¿Y de verdad lo hizo? - Cuestionó.

Jihyo sonrió y asintió. - Si, volvió a ser mi Jeongyeon de antes e incluso mejoro en varios aspectos. Me apoyo mucho en terminar la carrera y ella se hacía cargo de nuestra bebé mientras tanto, las dos hacíamos las labores de la casa y descubrimos que tenía un gran sazón. - Rió. - Presumía a Haerin con todo el mundo. Nunca me pedía explicaciones de dónde estaba ni con quién. Todos los días nos decía que nos amaba a mi y a la cachorra. Yo de verdad creí que estaba viviendo un sueño hecho realidad con ella.