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Sana empezaba entender en desesperó de su omega por estar de nuevo con Tzuyu, la alfa tenía una forma exquisita de moverse en su interior, todo era lento y firme a la vez.

Díos, el aroma que desprendía Tzuyu era simplemente embriagador, parecía que con cada embestida sus feromonas aumentaban. Sana podía notar como Tzuyu aún era muy inexperta y eso lo notaba cuando su nerviosismo de vez en cuando la atacaba haciendo que frenase sus movimientos sólo para preguntarle a Sana "si estaba bien" o como le gustaría que lo hiciera o que debía hacer después, pero de alguna forma eso a Sana le encantaba, pues tal vez esa era la razón por la que la alfa era muy cuidadosa y delicada con cada uno de sus toques, incluso su besos hambrientos lograban transmitirle un sentimiento de tranquilidad y disfrute a Sana.

Era casi como si estuvieran haciendo el amor.

- ¿Te está gustando? -Pregunto con la respiración agitada chocando contra el oído de Sana. - ¿Esta bien así?

Sana dejó salir un gemido antes de responder. - Si, joder. Sigue así.

Y es que era como si el cuerpo de una estuviera hecho a la medida para la otra, la manera en la que Sana apretaba a Tzuyu o la forma en que las grandes manos de la alfa ahuecaban los pechos contrarios.

- Ahhh... Más, alfa por favor. - Sana pronunció sin descaro alguno.

Y entonces, Tzuyu se tomó como reto personal darle todo el placer posible a su omega y con emoción atrapó los labios de Sana entre los suyos dándole un beso. Quería que Sana sintiera todo que Tzuyu sentía por ella, en cómo creía que probablemente Sana era la flor más delicada de todas y merecía ser tratada como tal.

Nada de alfas estúpidos, sólo ella, solo Tzuyu podía tomarla.

"Es mía" pensaron su alfa y ella.

Y ese sentimiento de posesividad solo la hizo empezar a subir la velocidad de sus embestidas.

Los gemidos de Sana fueron de inmediato más sonoros y profundos mientras se aferraba a cuello de la menor.

"Mía alfa..." Pensó su su loba.

A Tzuyu no le interesó correrse dentro y mucho menos sacar su miembro antes de el nudo de formará. Quería anudar a su omega.

Solo suya, de nadie más.

- Mierda, estuvo muy rico. - Habló Sana acariciando el rostro de Tzuyu. Su alfa había sido tan obediente y buena. - Bien hecho.

Tzuyu solo dejo salir un sonrisa antes atacar el cuello de la mayor con varios besos húmedos. - Tenía muchas ganas de repetirlo, gracias dejarme hacerlo. - Hablo con los ojos cerrdos y la respiracion aun algo agitada. - ¿cuándo el nudo se deshaga te parece bien otro round? - Preguntó con una sonrisa divertda.

Sana rió por lo bajo. - No. Tienes que ir a la escuela mañana temprano, ya deberías dormir.

La omega pensó en cómo si Momo se enteraba de esto, seguramente se molestaría mucho. Prácticamente lo tomaría cómo que estaba pervirtiendo a su hermana menor, que aunque Sana sabía que Tzuyu ya era una adulta, eso no iba quitar que para Momo siempre sería su pequeña hermanita.

Tzuyu quiso hablar luego de unos segundos. - Oye... Estás segura que estás con la pastilla. - Preguntó insegura. - No quiero accidentes.

Sana suspiró al escuchar aquello. - Si, no te preocupes.

- Aún así... - La voz de Tzuyu a este punto ya sonaba más cansada y con sueño. - Deberíamos empezar a ser más cuidadosas. Nunca está demás la doble protección.

Sana no se extrañó por aquel comentario, sino por lo que había detrás de este, Tzuyu le estaba diciendo que debían protegerse, osea una parte de ella le estaban diciendo indirectamente planeaba seguir repitiendo esta clase de encuentros.

𝙱𝚕𝚞𝚎 [𝙳𝚊𝚑𝚖𝚘]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora