10.

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Eran las dos p.m., y Clara ya estaba esperando en el lobby a Cristian. Miraba su reloj con ansiedad, dado que ella era muy puntual, y evidentemente, el defensor no.

Luego de unos minutos, con mate en sus brazos, aparecía él. Entraba sonriente al lobby, vestido con ropa normal —nada de Argentina— y olía a perfume caro. Según él, era lo más arreglado que iba a estar.

— Buenas —saludó él con un beso en la mejilla a Clara.

— Holis —contestó ella— ¿Todo listo?

— Preparadísimo —dijo un Cuti sonriente.

Salieron al exterior, el frío helado de Estados Unidos recibiéndolos. Clara exhaló vapor y Cristian hizo lo mismo.

— Se me congelan las bolas —bromeó él.

— Y a mí las tetas —se la siguió Clara.

Él dejó escapar una carcajada, aferrándose al mate.

— Cuando quieras, te las puedo calentar —retrucó Cristian.

Se miraron sonrientes, les gustaba compartir un poco del mismo humor.

Caminaron hablando hasta llegar a una pequeña plaza, en donde se sentaron por un rato, mientras el jugador preparaba el mate. Tenía un ritual, como todos los jugadores de la selección, en donde formaba la montañita hacia el costado, luego un poco de agua y entonces la bombilla.

— ¿Sabías que el mate va a seguir siendo mate si no haces esa boludez, no? —preguntó Clara.

Cristian se hizo el ofendido.

— Como digas eso de nuevo, no vas a probar mis mates espectaculares —contestó el defensor.

— Está bien, tenés razón, pasame uno que me muero de frío.

— Pero paraaaa, si recién lo arranque —murmuró él, cebando el primer mate.

Entonces Cuti cebo el primero, se lo tomo rápidamente y le paso el siguiente a Clara. La ley es que el primer mate lo toma quien ceba, de acuerdo a las costumbres del cordobés.

Entre mate y mate siguieron hablando de un montón de cosas, yendo entre la historia del jugador como la de Clara. Los dos tenían mucho en común, a pesar de la diferencia de carreras.

— Cocinar es todo —explicó Clara— Para mí, es como jugar al fútbol.

— ¿Pateas una bolsa de harina? —bromeó él.

— Cuando pinta, sí —retrucó Clara— Dale, tonto, entendés lo que quise decir.

— Obvio, te entiendo, las pasiones son hermosas —dijo Cuti y se quedaron unos segundos en silencio, tomando un mate— ¿Te puedo preguntar algo?

— A ver, sorprendeme...

— Ya sé que ya te lo pregunté, pero, ¿qué pasó entre Enzo y vos?

Clara se esperaba que las preguntas fueran por ese lado, al parecer, su ex jefe no había sido muy bueno ocultando lo que había pasado entre los dos.

— Estuvimos juntos cuando estaba en Inglaterra y eso es todo —comentó Clara al pasar, como si no quisiera hablar del tema.

— ¿Pero por qué no siguieron juntos? ¿Porque te volviste de allá?

— Claro, yo... le dije que siguiera con su vida y él lo hizo —murmuró ella, mirándose las manos— Está todo bien igual.

— ¿Y vos?

— ¿Yo qué? —indagó Clara, poniéndose nerviosa.

— ¿Por qué no te pusiste en algo con alguien más?

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 ɪɪ | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴀᴍɪꜱᴛᴏꜱᴏꜱ | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora