25.

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Cristian sentía que estaba lejos, muy lejos, de Clara. Si bien la escuchaba, no interpretaba las palabras que ella le decía, porque le dolía.

En ese corto tiempo que habían estado juntos, la había pasado tan bien, que incluso había llegado a ilusionarse con algo más.

Quería que ella se mudará a Inglaterra con él, convivir, que le cocinara cosas ricas, que lo acompañará a sus partidos, que vistiera su camiseta y gritara su nombre.

Pero, aunque lo deseaba, no era él. Nunca se había tratado de él, siempre había sido Enzo.

— Entiendo si no querés que de la entrevista para el Tottenham, es tu equipo y yo no me lo merezco.

— Espera, ¿qué? —la frenó Cristian— Lo hice porque quiero lo mejor para vos, Clari, no me debes nada.

— Siento que sí, que te voy a deber algo para toda la vida —murmuró Clara.

Se encontraban sentados en los sillones de la habitación, hablando. Ella estaba nerviosa y le temblaban un poco las manos, y él, por su lado, estaba desanimado.

— Clari —empezó el defensor— Te lo digo de verdad, no me debes nada.

— Te prometo devolver todo lo que pagaste mientras estuve acá, el hotel, la comida, todo...

— Clara, no, en serio, porque me voy a enojar —contestó él, fingiendo ofensa.

— Perdón, es que no sé cómo... cómo hacerte sentir mejor mientras te estoy diciendo que no podemos vernos más.

Cristian suspiró, un poco angustiado.

— Siempre supe el lugar que podía llegar a ocupar en tu vida, Clari, y ese no era el primero. Lo intenté, pero no fue suficiente —explicó el defensor— Pero lo que hice por vos, lo que hago por la gente, es porque me sale del corazón, no porque quiero que me lo devuelvan.

Ella, sin pensarlo, llevó su mano a la mejilla de él y se la acarició. Cristian cerró los ojos bajo su tacto, con una sonrisa a medias.

— Ahora que te vas a mudar a Inglaterra, ¿me vas a visitar? —pidió Cristian.

— Las veces que quieras —contestó Clara, sonriendo.

— ¿Puedo darte un último beso?

Clara asintió, dudando un poco, pero ella también quería despedirse de él.

El jugador le agarró la cara y se acercó despacio, luego presionó sus labios sobre los de Clara, y se separó un poco para poder respirar. Quedaron con sus frentes apoyadas, ella acariciándole las manos que la sujetaban.

— Gracias y perdón por todo, Cris, de verdad.

— Está todo bien —murmuró él.

Cristian la abrazó durante unos minutos y luego se separó de ella, pensando en lo dramáticos que estaban siendo.

— Bueno, arriba ese velorio —dijo él— ¿Qué van a hacer con Enzo? ¿Cuándo volvés a Argentina? ¿La dejó a Valentina?

— Me vuelvo pasado mañana, Enzo supongo que se va para Inglaterra de una, y sí, dejo a Valentina —explicó Clara— No sé qué va a ser de nosotros, pero espero que todo salga bien.

— Tienen que dejar de vueltearse, nada más.

Clara asintió, mirando a la nada, sonriendo.

Los dos siguieron hablando sobre el futuro de ella, luego del de él, y así estuvieron toda la tarde, como si fueran dos amigos poniéndose al día. Clara esperaba mantener eso, una amistad con Cristian, porque realmente había disfrutado el tiempo que había pasado con él.

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𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 ɪɪ | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴀᴍɪꜱᴛᴏꜱᴏꜱ | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora