11.

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Enzo se puso insistente del otro lado de la puerta, agotando la paciencia de Clara. Por lo que, bajo la atenta mirada de Cristian, se dirigió hasta esta, abriendo de un tirón.

— ¿Qué pasa? Estoy ocupada —dijo ella, con un tono de voz más alto del que quería.

— Perdón, es que no podía dormir y...

Entonces Enzo vio del otro lado a Cristian, los dos estaban algo agitados y ella tenía las mejillas rojas, reconocía muy bien esa cara: había interrumpido algo.

— Perdón, no sabía que estaban juntos —murmuró él, sintiéndose mal de repente.

— Estábamos hablando nada más —mintió Clara.

— No sos muy buena mintiendo —dijo Enzo— Los dejo tranquilos.

Clara ni siquiera pudo despedirse, ya que Enzo dio media vuelta y se fue. Lo miro alejarse en el pasillo, donde entró al ascensor y cruzaron miradas. Él estaba triste, podía notarlo, pero ella no podía hacer nada para hacerlo sentir mejor.

Cerró la puerta y volvió a la cama, en donde Cristian se detuvo a mirarla. Clara se quedó pensando en Enzo, por lo que se quedó unos minutos en silencio, con el defensor abrazándola.

— Qué manera de cortarnos todo este pajero —murmuró Cristian, dejándole un beso en la mejilla a Clara.

Ella sonrió, intentando ignorar lo de Enzo, pero de cualquier forma le afectaba.

Cristian no iba a dejar las cosas así, no le importaba lo que Enzo sintiera, no porque no le importará su compañero, sino porque era algo que debía resolver solo, tomar posición respecto a Valentina y Clara.

Así que el jugador se subió nuevamente sobre Clara y empezó a besarla como antes de que Enzo los interrumpiera.

Ella le correspondió a medias, sin saber si quería avanzar o no. Pero el beso comenzó a provocarle cosas, suspirando cuando Cristian la rozo con su lengua.

— ¿Puedo hacerte sentir bien? —murmuró él sobre la boca de Clara.

A ella le costaba respirar, tenía los labios hinchados de tantos besos y estaba agitada. Asintió levemente, haciendo que Cristian comenzará a bajar sus manos.

Con cuidado, Cristian metió una debajo del short de Clara, acariciándola por encima de la ropa interior. Ella dejó escapar un gemido mientras que él comenzaba a masturbarla.

Se aferró al cuerpo de Cristian, quien la miraba con los ojos brillosos, mordiéndose el labio inferior, mientras buscaba llevarle placer.

Continuó con los movimientos con sus dedos por encima de la ropa y luego, sin previo aviso, los metió debajo de esta. Ella suspiró de alivio al sentirlo.

Cristian empezó a moverlos, dibujando círculos sobre su clítoris, provocándole escalofríos en el cuerpo. Clara suspiraba y gemía suavemente, acompañando con su pelvis los movimientos de él.

Clara se mordió el labio inferior con fuerza, a medida que el orgasmo llenaba todo su cuerpo.

Cristian sonrió satisfecho, viendo cómo a ella le temblaba el cuerpo producto de lo que le había hecho.

Le agarró la cara, le dio un beso largo, ella respirando entrecortado.

— Así me gusta —murmuró él sobre su boca.

Clara se estiró hasta la de él, besándolo con desesperación. Buscaba profundidad, mordiendo el labio inferior de Cristian, provocándole un poco de dolor.

— No me busques, porque me vas a encontrar —susurró él entrecortado, entre beso y beso.

La cocinera no sabía hasta donde avanzar, por lo que dejó que Cristian fuera el que la guiará. Si bien el jugador quería seguir, pensó que lo mejor sería dejarla con las ganas, engatusarla —por así decirlo— y prepararla para otro día.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 ɪɪ | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴀᴍɪꜱᴛᴏꜱᴏꜱ | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora