15.

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Las náuseas continuaron a lo largo del día, Clara no podía ni tolerar el olor de la comida. Se pidió el día libre de la cocina, ya que no podía trabajar de esa manera, además de que podía intoxicar la comida.

Luego de golpear la puerta durante unos minutos, Cristian se dio por vencido. Volvió al lobby, en donde se encontró a Enzo y Valentina. Los dos tenían una cara de orto tremenda, como si recién hubieran discutido.

— ¿Y a estos qué les pasa? —le preguntó a Julián.

— Parece que se están peleando de nuevo —murmuró el jugador.

Los dos observaron la escena con los brazos cruzados. Luego de un rato, ella salió del hotel y Enzo se acercó, totalmente frustrado.

— ¿Qué pasó? —preguntó Julián.

— Nada, está celosa de Clara, de nuevo.

— ¿Sabe que dormiste con ella? —indagó su amigo.

— No, le cuento eso y me corta las bolas en medio de una plaza.

Enzo no había reparado en la presencia de Cristian, cambiando su cara de enfado a algo totalmente distinto, súper embroncado.

— Te dije que no te cogieras a Clara —murmuró, acercándose a Cristian.

El defensor alzó las manos, como en señal de paz.

— No lo hice —mintió.

— Claro, porque los ruidos que salían de su habitación ayer eran porque jugaban al chinchón —dijo Enzo, furioso.

Cristian se rascó la cabeza, nervioso. Le dio una sonrisa a medias, pero sin sentirse mal. ¿Quién era él para decirle con quién podía estar?

— ¿Estás escuchando a través de las paredes? —preguntó el defensor.

Enzo quería decirle que había ido a buscarla para dormir juntos, pero sintió que era muy humillante. Así que solo escupió su rabia a través de Cristian.

— Además ella también quiso, no es que la obligué —siguió Cristian.

— Vos sabés bien lo que me pasa con ella y te metiste igual, sos un hijo de puta.

Un enojo invadió a Cristian, no le gustaba que se refirieran a él de esa manera. Le dio un empujón a Enzo y él se lo devolvió, empezando a empujarse mutuamente.

— ¿Qué les pasa? —murmuró Julián, separándolos— ¿Se van a pelear por una cocinera? ¡No sean pajeros!

— ¡No te refieras a ella de esa manera! —dijeron los dos a la vez, mirando a Julián.

— ¿Qué tiene la mina que los tiene así? —dijo Julián, dando media vuelta para irse.

Enzo miró a Cristian, enojado, pero este no se iba a quedar callado. Empezó a señalar con su dedo, apoyándolo sobre el pecho de él.

— Clara no es tuya, la estás lastimando mientras le das vueltas con lo de Valentina, decidí lo que vas a hacer y me corro, pero mientras tanto, no —dijo Cristian.

El mediocampista suspiró, derrotado. Cristian tenía razón.

— Sos mi amigo, ¿por qué me haces esto? —preguntó Enzo.

Las palabras de él le llegaron a Cristian, sintiéndose mal. Él también tenía la razón. Sacudió la cabeza, negando.

— Ella me gusta, ¿está bien? Y suficiente paciencia tengo cuando la veo mal por tu culpa, hace algo y me corro, pero ya te dije, culiado, si das vueltas yo voy a aprovecharlo.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 ɪɪ | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴀᴍɪꜱᴛᴏꜱᴏꜱ | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora