23.

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Enzo sintió que se iba a desmayar. No podía ser, si ella se cuidaba, tomaba religiosamente las pastillas delante de él.

Había sido un idiota, se suponía que el cuidado iba de parte de los dos y él no había cumplido. Y ahora, estás eran las consecuencias.

Se sentó en la cama, agarrándose la cabeza. Valentina se tapaba la boca mientras intentaba calmarse.

— Voy a hacerme un test —dijo ella, luego de unos minutos en silencio.

— Sí, descartemos esto por favor —pidió él.

— ¿Vos querés deshacerte de esto por Clara, no? —preguntó Valentina.

Enzo bufó, llevándose las manos a la cara, frustrado.

— Sí, la verdad que sí, Valu.

— Enzo, yo te quiero, ¿por qué no es suficiente para vos? —dijo Valentina, comenzando a llorar de nuevo.

Él se levantó de la cama y fue directo a abrazarla, sintiéndose una basura. Le acarició la espalda mientras ella lo apretaba, intentando calmarse.

— No tiene nada que ver con vos y lo sabes, el problema soy yo.

— Pero Enzo... estoy con vos desde hace años, ¿por qué me cambias por alguien que apenas te conoce? —murmuró Valentina sobre el pecho de él.

— A veces las cosas no son como quisiéramos.

Ella asintió, soltándolo y dándole un empujón.

— No me voy a hacer el evatest —dijo Valentina, enojada— Vas a tener que esperar a que me lo haga cuando yo quiera.

— Pero...

— Pero nada, te vas a tener que bancar la espera.

Enzo la miró suplicante, no podía hacerle esto.

— Y ahora andate, cuando me venga te voy a avisar.

Enzo atinó a decirle algo, pero Valentina lo empujó, sacándolo de la habitación. El jugador se quedó parado frente a la puerta, sin saber qué hacer.

Sacó su celular y le marco a Clara, era la única persona con la que quería hablar del tema.

Ella lo atendió sonriente, pero él no le dio ni tiempo a reaccionar.

— Valen tiene un atraso.

Del otro lado, silencio.

— Por favor, decime algo —pidió él.

— ¿Se hizo un test? —preguntó Clara.

— Me dijo que no se lo va a hacer, está enojada —contestó Enzo.

El jugador iba de camino a su habitación, temblando. Abrió la puerta y se metió de una, cerrando con fuerza y tirándose en la cama.

— ¿Entonces?

— Dijo que me va a avisar cuando le venga —dijo Enzo.

Clara también se tiró en la cama, llorando silenciosamente. Era fatalista, pensando en lo peor.

— ¿Qué hacemos? —preguntó él.

— Enzo, no puedo ayudarte, esto ya es demasiado para mí —murmuró Clara, le temblaba la voz.

— Por favor, no te veas con Cristian solo por esto, voy a resolverlo, te lo prometo —pidió Enzo.

— Puede que tengas un hijo, ¿y saltas con eso?

— Perdón, sí, es que... no sé qué hacer, todo esto me pone muy mal, yo... yo quiero estar con vos —el jugador se trababa al hablar, sintiéndose verdaderamente mal.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 ɪɪ | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴀᴍɪꜱᴛᴏꜱᴏꜱ | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora