Deku hijo de Thena

|-|-|-|-|-|Capítulo 53: El guardián|-|-|-|-|-|

|-|-|-|-|-|Capítulo 53: El guardián|-|-|-|-|-|

En la nave, el peliverde estaba terminando de entender cómo funcionaba la nave, cuando ya había terminado de entender, sintió una enorme presencia, volteo a ver el espacio.

Izuku: Tu debes de ser Arishem...

Exclamo viendo aquellos seis ojos que antes veía demasiado.

Izuku: Por fin nos conocemos...

Arishem: Veo que ya sabes quien eres realmente Izuku Midoriya — Resonó la voz del celestial, el pecoso no se sintió intimidado, sintió una especie de satisfacción al respecto.

Izuku: Si, busqué demasiado quién era yo realmente que no supe qué buscaba realmente, ya obtuve lo que tanto desee, pero ahora siento una especie de vacío, como si aun me faltara respuestas de algo.

Arishem: Te prometí, que cuando supieras la verdad, te diría que eres realmente, aunque Thanos ya te explico quien eres, aun no sabes nada acerca de tu madre y el por que ella te dejo, ¿aun buscas esa respuesta?

El peliverde guardó silencio un par de segundos meditando.

Quería saber, pero una parte de él se preguntaba ¿para qué saber? su madre debía tener razones para hacerlo. No sabía si eran buenas o malas, pero tuvo sus razones.

Escucharlo de un dios espacial, no era la forma en la cual él quería saberlo.

Izuku levantó la mirada viendo los ojos del celestial, con fuerza y valía respondió.

Izuku: No quiero saberlo, no quiero saberlo viniendo de ti, debo oírlo de ella, quiero saber por que hizo lo que hizo, abandonarme, pero quiero oírlo de su boca, quiero saber la razón pero que venga de ella — Dijo con decisión.

El celestial guardó silencio, seguidamente sus seis ojos se iluminaron.

Arishem: Tu madre está todavía en Japón. Ve a verla...

A los pensamientos del pecoso llegó una imagen clara, un bosque en el cual tenía claras vistas a la UA a lo lejos, ahí pudo ver a una mujer rubia de trajes blancos, sosteniendo una manta verde con un bulto en ella.

—Mi pequeño... espero con ansias verte crecer...

Se escuchó la voz de una mujer, los ojos del pecoso se empezaron a cristalizar al oír aquella voz.

Izuku: ¿Mamá...? — Salió de aquel transe regresando a ver al dios, pero este ya había desaparecido.

Izuku miro al suelo cabizbajo, seguidamente se limpio las lagrimas.

Izuku: Cuando vuelva a la tierra, iré a ese lugar...

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En otra parte de la galaxia, los Guardianes con una Uraraka demasiado molesta estaban explorando hasta el último rincón de la vasta galaxia que conocían, solo para buscar a cierto peliverde escurridizo que no sabía oír órdenes.

Peter Quill: Nada en el sector 5, debemos avanzar al sector 6 para hallarlo antes de que ese hippie dorado lo encuentre primero — Ordenó, a su lado estaba Rocket intentando rastrear la energía cósmica que emana el pecoso.

Cosa que era en vano.

Rocket: ¡Ese niño sí que sabe esconderse! ¡No hay ni un solo rastro de él en los radares ni escáneres! — Se quejó viendo aquella pantalla.