17.𝐄𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚

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Arrodillada y llorando frente a mi hogar que estaba envuelto en llamas, vi cómo los bomberos se apresuraban a la escena, con sus sirenas resonando en la calle. El humo espeso nublaba el aire, y el calor era asfixiante mientras observaba impotente cómo luchaban contra el fuego. Cada segundo se sentía como una eternidad, mientras esperaba desesperadamente noticias sobre mi hijo. Los minutos se alargaban interminablemente, llenos de ansiedad y temor por pensar que podría ya estar muerto. Finalmente, los bomberos emergieron de entre el humo, llevando consigo una bolsa negra que parecía contener un cadáver. Mi corazón latía con fuerza y parecía que todo se detuvo, me levanté rápidamente y corrí, gritando el nombre de mi hijo.

─── ¡NOAH! ¡NOOOOO!───

Fuí detenida de la cintura, y no me dejaron llegar hasta él, me dolía el pecho. Fué una emoción tan fuerte que me desmaye.

Desperté lentamente, sintiendo la pesadez en mis párpados mientras la conciencia regresaba lentamente. Al abrir los ojos, me encontré en una habitación de hospital, con las luces blancas y el olor a desinfectante llenando el aire. Al mirar hacia abajo, noté el catéter conectado a mi mano, lo que confirmaba que no estaba en casa. Giré la cabeza y vi a una mujer de piel morena con una coleta, vestida con un traje que denotaba profesionalidad. Se levantó de su silla y se acercó a mí.

─── ¿Quién es usted?─── Pregunté con un tono de voz débil.

─── Soy la Detective Cloid. Necesito hacerle unas preguntas.─── Sacó su placa y me la mostró.

─── Mi-mi... Hijo...  ¿Dónde está?─── Me incorpore para quedar sentada. Pero las manos de la contraria en mis hombros, me impidieron levantarme.

─── Tranquila, Weber. Está en la morgue.... Tienes que contestar mis preguntas.─── Por aquéllas palabras, mis ojos se humedecieron y comencé a llorar.

El interrogatorio se prolongó durante unos minutos que parecieron una eternidad, con la detective apuntando hacia mí como si fuera responsable del incendio. Insistí en que todo había sido obra de Johan Liebert, pero su escepticismo persistía, argumentando la ausencia de cualquier rastro de él en la ciudad. A pesar de mis intentos por convencerla, sus sospechas permanecían intactas.

Finalmente, me dieron de alta en el hospital, pero en lugar de ir a casa, dirigí mis pasos directamente hacia la morgue. Allí, el doctor me recibió con una mirada sombría y una advertencia angustiosa: mi hijo estaría irreconocible debido a las quemaduras. El peso de la situación se apoderó de mí mientras me preparaba mentalmente para lo que estaba a punto de enfrentar.

                            [•••]

Me acercaría lentamente hasta el cadáver que yacia sobre la mesa. Llevé mi mano a la boca, todo su cuerpo estába negro por las quemaduras, ni siquiera se podría ver bien su rostro.

─── Joder ..... ─── Hice un gran esfuerzo por ya no llorar a mares. Saqué uno de mis pañuelos y limpiaria mi nariz.

Me abracé a mi misma y lo seguí observando como tristeza. Aún que, algo llamó mi atención, sus dientes de adelante parecían algo chuecos, me giré para ver al Doctor.

─── ¿Los dientes se deforman si alguien se quema?

El Doctor negó inmediatamente y se acercó a mí costado.

─── Es que mi hijo tenía en perfecto estado sus dientes...

La llegada rápida de la detective marcó un giro en la situación. Presentó los expedientes de Noah, y cuando le mostré fotos en las que él sonreía, pude confirmar lo que había sospechado: ese niño no era mi hijo. La confusión y la incredulidad llenaron la habitación mientras la detective tomaba nota de mis palabras.

Sin dudarlo, pidió que se realizara una autopsia y se analizara el ADN del niño para confirmar su identidad. El proceso se convirtió en una carrera contra el tiempo para descubrir la verdad detrás de la confusión y el misterio que rodeaban al incendio y a la identidad del niño fallecido.

─── (¿Dónde tienes a mi hijo, Johan?)

✺ Continuará .... ︿︿︿︿︿

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