venganza

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En el hombro de los ejecutores tenían su nombre. En Oasis todos tenían números en lugar de nombres.

No podían creer lo que veían sus ojos, el asesinó de las doctoras parecía ser un ejecutor.

El de la proyección se quitó el casco y dejó al descubierto un rostro sin un ojo , ni nariz.

-Se que estaréis pensando porque no las maté con mis propias manos, bueno si usaba un cuchillo pensaréis que fue un ciudadano normal. Solo tenía que aturdirlas y coger un cuchillo de su cocina.- en su rostro se dibujó una maligna sonrisa mientras hablaba.

A 13 se le heló la sangre al oírlo, era un ejecutor al que se tendrían que enfrentar y sabía que no sería nada fácil.

¡ un ejecutor como nosotros!- gritó el comandante


el asesino del proyector continuó hablando: -Todo empezó hace un año, maté a un criminal y me sentía mal por lo que hice. Fui con una doctora y ella me dijo que estaba muy mal, me recomendó ir a un psiquiátrico, al día siguiente me encontraba en uno de los muchos lugares que había. Allí me inyectaron un supuesto medicamento, que según ellos era para que me sintiera mejor, unas semanas después me encontraba mejor. Noté como si mi altura y mi fuerza hubieran aumentado. Un día me llamaron a una habitación y para mi horror , dentro de ella había un tigre. Conseguí matarlo, pero  perdí mi nariz y un ojo. De una patada rompí la puerta y salía hacía recepción, allí cogí por la camiseta a el que me había inyectado el medicamento y le pregunte que me habían hecho. Me explicó que lo que me habían inyectado me daba super fuerza y yo lo maté al oír la respuesta.

Conseguí salir de allí y juré que me vengaría de todos los doctores, !por eso voy a matar a todos los doctores de la ciudad! !no podréis detenerme!.

Un doctor era psiquiatra, psicóloga y pediatra.

La proyección se acabó.

El comandante llamó por su casco a la comisaría de los ejecutores; - Los doctores de la ciudad están en peligro, buscad su residencia y enviad a ejecutores para protegerlos. Quiero que me llamen si hay cualquier incidente.

Entendido. - respondió el ejecutor de la comisaría.

Tu y yo esperaremos en un coche a que nos avisen.

Entendido comandante.-respondió 13.


Unos treinta minutos después de esperar en el coche, el comandante recibió una llamada de la central.

Aquí central, un ejecutor vio el sospechoso en la calle... y después se cortó la comunicación. Necesita que le vuelva a repetir la dirección?

No, gracias- respondió el ejecutor con voz fría.

El comandante puso en el aparato del coche la dirección y el vehículo se elevó por encima del suelo, luego a gran velocidad se desplazó por la carretera hasta el lugar.

bajaron del vehículo y subieron unas escaleras, se encontraron un ejecutor muerto, en el cuello tenía un cuchillo clavado. En el suelo había sangre seca, por lo que se podía deducir que hacía bastante que estaba muerto.

A pesar de esta terrible escena 13 ni sintió escalofríos ni nada, después de pasar por tan terribles situaciones se había endurecido.

-Ten mucho cuidado 13 , ese desgraciado conoce el punto débil de nuestro traje, el cuello no lo tenemos cubierto.- comentó el comandante con voz entrecortada.

El ejecutor de negro hacía años que no veía muerto a un ejecutor y no pudo evitar derramar lagrimas.

En el suelo pudieron ver una puerta de hierro que alguien había arrancado , al entrar en ella se encontraron a un sujeto con traje rojo de ejecutor y una mujer con la cara desfigurada. En su cara tenía un agujero, sin lugar a dudas se lo había hecho el asesino con el traje.

Al verlos el homicida empezó a reír de forma siniestra.

Vaya vaya , parece que hoy voy a matar un comandante.

!¡Serás tú el que muera!.- Respondió el comandante furioso.




La ejecutora XIIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora