Tardaron treinta minutos en llegar delante del cuartel militar, una vez allí un soldado con su traje azul y una metralleta en mano los acompañó.
La recepcionista habló con ellos.
-Por la mañana entró como siempre, me saludó y entró ...- La mujer tenía la cara pálida.
- ¿A qué hora encontró el cuerpo? - preguntó el comandante con voz fría.
- A las 17 más o menos.
- Llévanos delante del cadáver.
-Entendido...
Recorrieron un pasillo hasta llegar a una puerta, la mujer sacó su tarjeta de identificación y se abrió, los cuatro entraron.
-Cuando acabéis la investigación os acompañare a la salida- Comentó el soldado de azul.
En una silla estaba el muerto, apoyado en la mesa manchándola con la sangre seca y a su lado una pistola, una nota.
La ejecutora comparó la nota , la pistola, con las huellas dactilares del muerto y como resultado le dio positivo.
Una de las muchas funciones que tenía su cascó era el lector de huellas , lo que facilitaba su trabajo.
- Las huellas de la pistola y la nota coinciden con las del muerto.
-Buen trabajo 13 - contestó el comandante.
En la hoja ponía: Por mi culpa han muerto muchos inocentes, espero que con mi muerte pueda redimirme.
No hay duda que fue el creador de la droga vampiro- comentó fríamente el ejecutor de negro.
Cuando investigaron la sala encontraron calabozos , al mirar en su interior se horrorizaron, no podían creer lo que sus ojos veían.
En cada uno había lo que quedaba de una persona, sin brazos, con la boca cosida y otra cantidad de horrores que había creado el científico militar.
De las 6 celdas solo había una en que había una persona sin ningún tipo de mutilación, cuando lo miraron empezó a gritar: !sangre! !sangre!
No había duda que había consumido la droga vampiro. El militar parecía que hablaba con alguien por el casco, cuando se calló se acercó a los calabozos.
Apartaos - Les dijo a los ejecutores y ellos le hicieron caso, no esperaban su reacción.
De su metralleta fueron saliendo balas, que atravesaron el corazón de los mutilados y al vampiro, en poco tiempo les dio muerte a todos.
!¿Quién te ha ordenado matarlos?!- preguntó con gran furia el comandante.
Las órdenes están por encima de cualquier ejecutor y militar.
El militar se retiró de la sala, luego de haberle respondido.
El comandante llamó a un androide para que recogiera el cadáver del científico.
Pasaron las horas y la noche cayó, los ejecutores y militares estaban esperando a los vampiros. Por las calles se empezó a oír "!sangre!","!sangre!" y la horda de chupasangres aparecieron.
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La ejecutora XIII
Science FictionEn el futuro, después de la tercera guerra mundial la mayoría de las ciudades del planeta han sido destruidas. Una de las pocas que ha quedado intacta ha construido una gran muralla. Se dice que es de las pocas ciudades sin crímenes en el mundo. Los...