El comandante y 13 fueron a una habitación de la comisaria, junto a la doctora de pelo largo y rubio.
Allí el infante de pelo corto les esperaba, tenía una pelota en sus manos y tenía una gran sonrisa en su cara.
-13, quítale la pelota-ordeno la mujer rubia.
- ¿Por qué tengo que hacer esto?.- Preguntó la ejecutora con una expresión incómoda.
-Es parte de la prueba-
Resignada, le quitó la pelota.
Al perderla el niño se puso a llorar y 13 le abrazó.
La siguiente prueba consistía en que le dieron un móvil al infante y luego se lo quitaron y otra vez volvió a llorar.
- Le haremos unas pruebas más en un centro especializado y le informaremos de los resultados- comentó la doctora con voz fría.
Luego se fue con el crío, la ejecutora de pelo largo sintió lástima por él, esperaba que no lo mataran.
Al día siguiente, cuando llegó delante de la comisaría, se encontró al comandante con su traje de combate negro, a su lado estaban 3 ejecutores de rojo.
-Síguenos, te explicaré nuestra misión por el camino- ordeno el robusto jefe.
Los cinco ejecutores entraron en un coche, el vehículo se elevó y empezó a moverse a toda velocidad. Mientras se dirigían a su destino, el comandante empezó a hablar: - El ejecutor 10 estaba realizando ciertas investigaciones en un psiquiátrico, una semana después fue considerado inestable, mentalmente. La doctora 35 dio la orden de encerrarlo, dos médicos se presentaron en su casa y lo ataron en una camilla.
- ¿Qué razón dio ella para ordenar que lo encerraran?- Preguntó, la ejecutora con voz triste.
- Lamentablemente, un doctor no necesita ningún test psicológico para encerrar a alguien, sé que él no se resistió porque sabía que podían suspenderlo como ejecutor. Es mucha casualidad que lo encerraran poco después de que empezara a investigar el lugar y vamos a visitarlo.
- Que te puedan encerrar sin ninguna prueba es terrible, además fue mi compañero. Espero que salga pronto.- Nadie pudo ver la tristeza que reflejaba su rostro,por el casco rojo que llevaba.
-voy a pedirles explicaciones, si no son suficientes lo sacaremos por la fuerza.
A pesar de no poder verle el rostro al jefe de negro, escucharon su voz afligida y comprendieron que sentía la misma tristeza que ellos.
Al bajar del vehículo y llegar delante del blanco edificio se extrañaron que nadie les recibiera.
El superior pulsó un botón y la puerta se abrió. En la sala de recepción seguía sin haber nadie, Al meterse en un pasillo vieron algo que les heló la sangre. En el suelo había un cadáver sin cabeza, ni brazos. Al fondo se podía ver que la puerta de hierro había sido partida por la mitad.
A medida que se adentraron en ella, el terror de los miembros del equipo fue en aumento, solo el jefe de negro pudo mantener la calma ante la cantidad de cuerpos descuartizados por el suelo.-! Mantened la calma!! ¡Venimos a rescatar a un compañero!! Vosotros tres id hacia el patio!,! Tu 13 ven a investigar esta habitación conmigo!.
La voz del comandante los calmo y ella lo siguió.
- Hay una gran cantidad de sangre en el suelo, hacia la enfermería. Prepárate para entrar en combate.-
- A la orden-
En ella solo había dos muertos, poco después de entrar proveniente del patio unos ensordecedores grito se oyeron.
Los dos ejecutores se dirigieron hacia allí, preocupados por sus compañeros.
Al llegar no podían creer lo que estaban viendo. Las cabezas de sus compañeros separadas de sus cuerpos, todavía metidas en los cascos rojos, estaban esparcidas por el suelo. Delante de ellos había un hombre con la mirada perdida, en lugar de brazos tenía hojas de espadas.
En todo los años que fue ejecutora, nunca había sentido tanto miedo como en aquel momento. Delante de ellos se encontraba un monstruo que había atravesado los supuestos invencibles trajes de sus compañeros.
-! Atrás 13!! Ya me he enfrentado antes a alguien así!-
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La ejecutora XIII
Science FictionEn el futuro, después de la tercera guerra mundial la mayoría de las ciudades del planeta han sido destruidas. Una de las pocas que ha quedado intacta ha construido una gran muralla. Se dice que es de las pocas ciudades sin crímenes en el mundo. Los...