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Toc, toc. La puerta suena.

Apenas me inclino para ver el reloj, ya es de mañana.

—¿Fran? —su voz es amortiguada.

—Déjame solo —murmuro decaído.

—Traigo el desayuno —la puerta se abre y Ram ingresa con dificultades—. Dios, qué lindo está tu cuarto.

—Hmm.

—¿Estás bien? —deja la bandeja sobre mi escritorio— Son hotcakes.

—Estoy... —me siento mareado, el estómago revuelto y ardiendo—  No tengo hambre.

—¡Pero tienes que comer! —establece con sorpresa.

—Simplemente no tengo hambre, ¿está bien? No tengo ganas de comer ahora.

—Fran —insiste con desaprobación—, ¿por qué no?

—Me siento mal... —formulo en voz baja— Déjame solo, por favor...

—¡Vamos! Aunque sea un poco, puedes intentar más tarde de nuevo.

Me mantengo en silencio, para no afirmar nada.

—Voy a dejarla aquí —deposita la bandeja sobre el escritorio.

Yo también la dejaré ahí, pienso.

Me mira unos instantes, una chispa de preocupación.

Parece pensar unos segundos.

—Ellos están enojados, pero no dejes que eso te afecte, ¿sí?

No respondo, ni siquiera me atrevo a mirar sus ojos.

—Te quiero, Fran —y se va.

—Yo también —murmuro en respuesta, con la voz quebradiza.

¿Cómo se siente una persona triste?

En las películas se ven llorando y gritando, y comen helado, y se pudren en su cama.

Yo no grito ni como helado.

Tampoco necesito cumplir con eso para sentirme triste.

No sé cómo se siente una persona triste.

No sé cómo se siente una persona alegre.

No sé cómo me siento.

Siento vergüenza de mí mismo.

¿Qué sentirá el resto?

💜




Hey.

Ya casi puedo sentir las vacaciones, vamoooos.

Ustedes, ¿qué sienten cuando están tristes?

¡Gracias por leer!

¡Han Pasado Muchos Meses! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora