IV

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La mañana llegaba en aquel pueblo junto al acalorado y soleado clima que le ponía de buenas al comisario; se estiró sobre sus sabanas, dejando que sus huesos crujieran placenteramente, logrando que sus músculos se destensaran.

Palpando detrás de sí, sintió la ausencia de su acompañante, seguramente se había levantado temprano como otras ocasiones y se encontraba en la bañera aseándose.

Intentó levantarse, pero el dolor en su espalda baja le hizo soltar un leve quejido, tal vez Yoongi había sido algo rudo la noche anterior, debían de tratar de ser menos enérgicos cuando tenían sexo, o de lo contrario el mayor lo dejaría sin caminar en poco tiempo.

Tomó una toalla limpia y fue para adentrarse a la bañera junto a Yoongi, pero le extrañó encontrar la bañera totalmente seca, pensativo, se encaminó a la planta baja de su hogar, donde se encontraba la cocina y su oficina, notando que la puerta de esta estaba abierta.

—¿Yoongi? — entró a la pequeña oficina encontrándolo sentado frente al escritorio, concentrado en un papel que yacía entre sus manos — ¿Que tienes ahí?

—Es del Alcalde — dijo algo aturdido, Jimin pocas veces lo había visto casi sin palabras, siempre era un hablador cuando estaba animado, ¿Qué había en aquel papel que lo hizo enmudecer?

—¿El alcalde? — asintió extendiéndole la carta

Comisario Min

Me complace extender mis felicitaciones hacia usted por su nuevo puesto como comisario, siendo de mi más grato placer el invitarle a mi residencia personal, para celebrar no solo su ascenso, si no para la celebración de compromiso de usted y mi querida hija Kim Dahyun.

No siguió leyendo, toda aquella felicidad con la que había amanecido había sido desecha en acido dentro de su estómago, provocándole un gran malestar.

—Creía que ya habías terminado con ella

—Así fue, ella y yo terminamos hace siete meses.

Lo recordaba perfectamente, Hace siete meses Yoongi le había pedido su comprensión y discreción en cuanto a la relación que llevaban, ya que no quería arriesgar a Jimin y que los echaran por ser quienes eran.

Pero estaba claro que la razón del que la pareja terminara no era el, si no el alcalde, quien había amenazado si no se alejaba de su hija cuando se enteró que habían quedado en el granero, ya que había husmeado entre las cosas de su hija, encontrando su diario.

Yoongi intentó concentrarse en adaptarse a su nuevo trabajo, pero Dahyun seguía buscándolo, ganándose más amenazas de los hombres del alcalde, al parecer la chica era una romántica empedernida y caprichosa — o eso era lo que Jimin pensaba — ya que veía romántico el amarse a escondidas lo que hacía que quisiera pasar más tiempo junto a Yoongi, fastidiando a Jimin de sobre manera, ya que debía soportar su melosa voz diciendo "Yooooniii" que tanto le irritaba; Yoongi se había mudado a la casa del comisario Park, ocupando una de las habitaciones vacías, siéndole conveniente al tener el mismo empleo, librándose de pagar la renta con la anciana donde vivía, quien olía a calcetines sucios y humedad, además que tenía varios gatos quienes se paseaban por todo el lugar dejando su hedor por todas partes.

Se sentía agradecido con Jimin y Hoseok por sugerir esto, hasta que Dahyun comenzó a irrumpir a altas horas de la noche buscándole, Jimin descansó de su voz irritante el día que ambos terminaron, al menos eso era lo que creían Jimin y Yoongi, porque Dahyun aun creía que eran una pareja que ahora se encontraba comprometida.

Yoongi le dijo que lo suyo era imposible ya que a los ojos de su padre el siempre sería un vagabundo y merecía algo mejor; tanto Jimin como Yoongi sabían que esto solo era un pretexto. El mayor no había podido soltar las caderas de Jimin desde aquella vez en el granero, siendo algo que había comenzado como mera calentura terminó siendo algo más de lo que aún estaban averiguando.

En El Granero (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora