XI

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La mañana siguiente ambos despertaron con la pequeña oleada de calor sobre sus rostros, producto de los primeros rayos del sol, bueno, o al menos Jimin fue el único que se pudo levantar; Yoongi quien estaba adolorido solo estaba despierto, inmóvil y sin hacer esfuerzo por moverse.

Los ojos que ahora estaban totalmente hinchados no le permitían ver absolutamente nada, además del resto de sus músculos que punzaban adoloridos, siéndole imposible enderezarse sobre la cama.

Quiso suprimir su intento por levantarse para no despertarle, pero el ligero movimiento sobre la cama a un costado le indicó que ya era muy tarde, el menor a su lado se levantó apresurado para ayudarlo al ver su inútil intento por moverse un poco.

—Hyung, déjame ayudarte — este lo sostuvo de la espalda y un brazo para ayudarle a enderezarse y sentarse al borde de la cama.

—Gracias Jiminie — se dejó guiar hasta el baño para poder asearse.

—Mira nada más como te dejó mi hermano.

—Tranquilo, estaré bien — intentó tranquilizarlo.

—Lo mejor será que te quedes hoy en casa a descansar mientras yo hago mis deberes

—No, me niego a eso, tal vez solo termine los reportes que dejamos ayer, así no me sentiré mal de no ir contigo

—¿Estás seguro?, pero apenas si puedes ver con esos ojos tan hinchados.

—Tranquilo, le pediré ayuda a Hoseok, tiene que ayudarme y no se puede negar porque por él estoy así

Jimin soltó una pequeña risa sonando no muy conforme.

—No sé si dejarte a cargo de Hoseok sea muy buena idea

—Tranquilo, algún día tiene que superarlo.

Jimin aceptó no muy convencido, tomó el desayuno junto a su hermano y Yoongi, dejándolos juntos mientras él iba a trabajar a la comisaria; Hoseok no podía si quiera ver a Yoongi, estaba muy apenado, sabía que sus golpes eran muy fuertes, no por nada los maleantes le tenían miedo, eso sin mencionar la gran puntería que tenía al disparar un arma, pero jamás se detuvo a pensar que algún día sus puños impactarían contra el rostro de uno de sus seres queridos, y peor aún, tener que lidiar con ello.

—Estás terrible — dijo mientras ojeaba los papeles que le había pedido que llenara por él.

—Gracias, se lo debo a mi mejor amigo — dijo sarcástico — no te preocupes, pronto bajará la hinchazón.

—Insisto en que te lo tenías bien merecido — dijo para tratar de disipar la culpa que estaba sintiendo por dentro al verle de esa manera. Yoongi solo rio ante aquello, bueno el dolor pasaría pronto.

Hoseok trató de ocuparse en sus asuntos, ayudando en el papeleo que había quedado pendiente del día anterior. El pálido dictaba lo que necesitaba anotar mientras Hoseok lo transcribía al papel y lo archivaba en la carpeta de reportes. Un par de horas pasaron antes de detenerse cansados — o más bien Hoseok se detuvo al estar tanto tiempo sentado y escribiendo — saliendo de aquella oficina para tomar algo refrescante antes de volver a continuar.

—Ya había olvidado lo que era hacer papelero diario.

—¿Que? ¿En tu nuevo puesto no haces papeleo?

—Si lo hago, solo que este se hace en periodos más largos

Mientras conversaban alguien ingresó por la puerta trasera de la cocina, siendo Seokjin quien entraba algo temeroso a la casa, analizando la situación. Tanto a Hoseok como Yoongi les pareció gracioso el ver al mayor entrar al lugar de forma silenciosa, llevando su mirada de uno a otro; no podían culparle, el día anterior las cosas se habían puesto peliagudas, y temía dejar al pálido en la casa de los Park. Hoseok era buena persona, pero eso no significaba que no pudiera colarse a tu habitación y pegarte un tiro entre ceja y ceja.

En El Granero (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora