XIV

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El secretario Kim estaba inmerso en sus asuntos, yendo de un lado a otro con esa cara tan seria y fría que tanto le caracterizaba, no amaba su trabajo, pero por alguna razón había permanecido en ese puesto tanto tiempo, o tal vez era el arma que cargaba abajo del brazo, que la mayoría dentro de aquella casa ya habían visto, ganándose algo de respeto.

Tal fuera el caso, se había ganado la confianza del alcalde por su compromiso y discreción, encargándose de otros asuntos fuera de la alcaldía, cosas de las que no se hallaba orgulloso, pero era eso o vivir en aquella choza de la que el alcalde le sacó.

Recogió los papeles del escritorio del alcalde y los archivó correctamente, recogiendo todo a su alrededor listo para salir cuando el teléfono sobre su escritorio comenzó a sonar.

Miró el reloj, ya eran pasadas las once de la noche y luego divagó un momento intentando recordar si había dejado algo pendiente, así que después de un par te timbridos se dispuso a contestar el aparato.

-¿Oficina del alcalde? - dijo esperando una respuesta del otro lado, menos la que estaba por llegar.

-¿Aló, secretario Kim? - rápidamente reconoció aquella voz suave a través de la bocina, preguntándose el motivo de su llamada.

-¿Cantinero? - preguntó extrañado - ¿a qué debo su llamado? - indagó dentro de su mente tratando de averiguar cómo es que sabía su número, hasta que se golpeó mentalmente; recordó aquel día que estaba bastante borracho como para escribir el número de su escritorio en aquel cartón de fósforos y tirarlo intencionalmente de su chaleco; todo este tiempo pensó que seguramente ese cartón había terminado en el basurero.

-Oh bueno... -La voz de Jungkook se oía algo temblorosa a través del aparato, lo cual no pudo evitar que el secretario riera para sus adentros, cuidando de mantener su seriedad incluso en su soledad - el día de hoy no visitó la cantina... y... solo pensé que debía asegurarme de que mi cliente se encontrara bien.

-Ya veo, es algo raro que el cantinero me llame solo porque falté un día a su cantina - Taehyung era listo, sabía que había algo detrás de esa voz ansiosa por saber cómo se encontraba.

-Solo quería asegurarme de que estaba bien - hubo una pausa de un par de segundos para luego escuchar un suspiro resignado - ¿sabe? Puede pasar a la cantina, aunque esté cerrado al público... puedo hacer una excepción... por usted.

Aquellas palabras hicieron que el secretario Kim se sintiera emocionado, así que solo se aclaró la garganta intentando no parecer interesado y respondió.

-Bueno... supongo que puedo ir... a pesar de que sea algo tarde - "¿Kim Taehyung, eso fue un titubeo?" Pensó para sí mismo.

-Perfecto, entonces esperaré por usted - dijo para después cortar la llamada.

Algo se instaló dentro del pecho del secretario Kim, no sabía decirlo con certeza, pero que el cantinero hubiese guardado el cartón de fósforos y haya decidido llamarle le ponía ansioso.

Trató de mantener sus movimientos serenos, tomó su saco y su sombrero de la percha de la entrada e intentó ponérselos con normalidad, pero sus manos temblorosas hicieron que el sombrero cayera al suelo y al intentar levantarlo se golpeara la frente con el pomo de la puerta.

-Maldita sea... - se quedó un momento en cuclillas tratando de hacer que el dolor pasara "¿Qué te sucede Kim? Concéntrate" se dijo a sí mismo, levantándose para finalmente ponerse el sombrero y salir de la mansión de camino a la cantina.

Una vez en la puerta respiró hondo, "¿Qué te pasa?, solo es otro trago de wiski como siempre" Se dijo a sí mismo en sus pensamientos, no podía negar que estaba nervioso, la cantina había cerrado al público hace una hora y solo estaría él y el cantinero de bonita sonrisa.

Decidido se adentró en la cantina, encontrando el lugar vacío, las sillas estaban sobre la mesa, excepto las de la barra, donde Jungkook limpiaba todo con entusiasmo.

-Secretario Kim... - Jungkook abrió los ojos cuando le vio entrar - no pensé que realmente fuera a venir...

-Bueno, no podría desperdiciar la oportunidad de un trago, y menos si el cantinero ha esperado por su cliente hasta tarde - Taehyung no podía sonreír, debía mantener su fachada de frialdad que se había creado con el paso del tiempo, o al menos esa era la forma de vivir que encontró y ahora no podía soltarse de ella, pero era seguro que por dentro estaba emocionado.

-Solo me pareció extraño que alguien que viene puntual de repente no aparezca. -trató de controlar su nerviosismo, actuando como siempre, tomando un vaso y sirviendo del wiski que el secretario siempre bebía, para después ponerlo sobre la barra.

-Gracias - recibió el trago, pero se mantuvo mirando a Jungkook, analizando cada uno de sus movimientos con su mirada seria.

-¿Sucede algo? - preguntó nervioso.

-Nada, solo que trato de averiguar que sucede... parece que tiene algo guardado que no ha dicho aún.

Estas palabras hicieron que Jungkook se crispara en su lugar, ¿Lo había descubierto? Sea cual fuera el caso debía mantenerlo aquí hasta que bajara la guardia.

-No creo que tenga algo que decir... - trató de mantenerse ocupado para mantenerse sereno, pero no sabía cómo platicar con él, nunca lo había hecho más allá de un par de palabras.

-Entonces... porque me trajo aquí... si no es para hablar - le miró con una ceja alzada, quería ver hasta dónde podría molestar al cantinero.

-Oh bueno... tal vez si quería hablar... sobre algo - se rascó la nuca con algo de nerviosismo, ¿debería ser directo? No quería hacerlo enojar, no quería terminar con una bala en la frente.

Taehyung sonrió para sus adentros, aun manteniendo su semblante serio; tal vez solo debería empujar un poco las cosas, ¿No?

Del bolsillo interno de su abrigo sacó un par de cigarrillos, prendió uno sin dejar de mirar al cantinero y lo puso entre sus labios para poder encenderlo, después de forma lenta lo alejó de su boca, para ponerlo entre los labios de Jungkook, rosando ligeramente su boca con sus dedos.

Jungkook le miró atónito por un instante, ¿por qué esa acción se sintió extraña? Le miró mientras encendía el otro cigarrillo y le daba una calada, exhalando una nube de humo blanco.

-Es un cigarrillo - dijo con indiferencia, notando como Jungkook no paraba de verle perplejo - es una forma de agradecer...

Jungkook no entendió que quería intentar, pero no podía evitar sentirse extraño con ello y con la forma tan intensa en que le miraba, sabía que no podía sacarle una expresión a esa cara tan fría, pero sus acciones no eran claras para él.

-¿Qué sucede, no fuma?

-No... Digo si... - se tropezó con sus palabras, no sabía cómo debía proceder.

-Bien, ¿y qué es lo que me quería decir?... ¿por qué es necesario que viniera a esta hora, cuando no hay nadie en la taberna? - le volvió a mirar de forma intensa poniendo más nervioso a Jungkook.

-Bueno, quisiera pedirle algo... algo que solo usted podría hacer - por primera vez desde que Jungkook conoció al secretario, logró ver un destello de una pequeña sonrisa, aunque fuera solo una mueca, él podía notar una pequeña sonrisa casi imperceptible.

-Bien, si está dentro de mis posibilidades lo haré, lo que sea por el cantinero.

El secretario Kim seguía mirando a Jungkook mientras la puerta de la entrada se cerraba con seguro, mientras detrás de la barra salía Hoseok.

-Buenas noches Secretario Kim

Taehyung se quedó estoico mientras miraba al Teniente detrás de la barra y a los comisarios detrás de él. Respiró profundo, sintiéndose utilizado, dedicándole una mirada oscura a Jungkook quien permanecía con el cigarrillo en los labios.

-Teniente... Comisarios...

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⏰ Última actualización: Jul 16 ⏰

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