Alastor—
Después que me despedí de Crista salí del hotel en destino al barrio caníbal donde habitaba mi gran amiga Rosie. No sé cómo me atreví a decirle eso a la reina, pero es un gran avance el ya no estar en conflicto con ella.
Me he empezado a cuestionar mis actitudes hacía ella y como han cambiado, ¿Qué pasa conmigo? Yo no era así, adoro masacrar gente a montones, pero cada vez que la tengo cerca algo en mi me dice que no me mantenga alerta, me llena de paz, tal vez sea por su ser tan puro... ó algo más.
Suspiré y entré a la sastrería de Rosie, la cual al ver mi presencia sonrió felizmente y se acercó a mí rápidamente, dándome su abrazo característico antes del sermón.
—¡Alastor! Es un gusto verte por aquí querido, todo un gusto. — acomoda bien mi saco—. ¿Qué te trae por aquí?, ¿no necesitas ningún arreglo?
—Por el momento no, querida Rosie, solo consejos de mi sabia amiga, ya sabes... Cosas de mujeres y eso... Je... —expresé nervioso ante la expresión que se formó en su rostro.
—¿¡Te has enamorado Alastor!? — exclamó con sorpresa y felicidad. Vaya que estaba más encantada que yo. Sonreí mostrando mis dientes.
No diría que estaba enamorado, eso no... Tal vez algo así como atracción física hacía la reina, me atraía físicamente Crista, solo era eso.
—Enamorado suena exagerado, Rosie, solo es atracción física hacía Crista. — aclaré antes que malinterpretara la situación, pero creo que la empeoré.
—¿¡Y es la reina Crista!? Por Lucifer, eres todo un galán Alastor, estoy feliz por tí, puedes contar conmigo para el vestido de novia y tu traje para la boda, yo encantada. — tomó un poco de su té y me miró fijamente—. ¿Cuándo sucedió? Cuéntamelo todo mi amigo.
Ni yo sé cuando comenzó todo esto, Rosie, no sé como pude enamorarme de Crista, un ángel puro y de buen corazón que hace lo posible por ver lo positivo de este lugar tan repulsivo. Crista era un ser que no se podía describir con simples palabras como perfecto o inalcanzable, era muy poco a comparación de lo que era ella.
Hace poco pude comprender la pureza que traía Charlie consigo, que a pesar de ser mitad demonio era la viva reencarnación de Crista en personalidad y físicamente a la de Lucifer. Todo era tan confuso.
—No lo sé... Fué tan inesperado que incluso mañana la invité a tomar café, ¿Puedes creerlo? Me siento tan cursi. — reí por lo bajo.
Rosie suspiró y me puso una mano en el hombro.
—No te avergüences de lo que sientes, Alastor, el sentir te hace humano... Aunque ya no lo seas.
Reí ante lo dicho y negué. ¿Cómo podría un ser como yo amar a alguien como ella. Mientras en mí reinaba el caos en ella la paz, somos como el Ying y el Yang, tan opuestos en todos los aspectos.
—Lo haces ver tan fácil, pero no lo es... Ya sabré yo lo que haré más adelante, solo espero que Lucifer no se entrometa. — me levanté del sillón y empecé a caminar hacía la salida—. Muchas gracias por escucharme Rosie, sé que tengo tu apoyo con esto.
—Sabes que puedes contar conmigo siempre. — asentí y salí de la sastrería.
Me pregunto que pensaría Crista sobre todo esto.
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Crista—
No había podido dormir en toda la noche por lo ansiosa que me encontraba, no iba a mentir en el hecho que veía a Alastor de otra manera más que un solo ayudante de hotel, sé que podría asemejarse al enamoramiento, pero creo que estaba dejos a que eso sucediera.
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ETERNOS | 𝑨𝒍𝒂𝒔𝒕𝒐𝒓
RandomUn ángel cegado por el amor hacía la persona que años más tarde, después de poder concebir al que sería el "anticristo" se "deshizo" de ella, ó mas bien se con siguió a una amante mortal, pero no cualquiera, ella era la primera mujer en la tierra, L...