ETERNOS | 𝑨𝒍𝒂𝒔𝒕𝒐𝒓

16.

—Hola... — mi voz sonó tan suave que ni yo comprendí el porqué. Miro a Azrael con curiosidad ya que estaba sonriendo como si estuviese feliz de verme ahí presente, pero no lo hacía tan evidente.

Soltó una pequeña risilla y se levantó de su lugar, haciéndolo lucir varios metros más alto que yo, lo cual era sorprendente porque no lo recordaba tan alto en los años que viví en el paraíso. Quizás el hecho que han pasado milenios desde ese entonces por eso no recordaba casi nada de él.

—Que alegría verte después de tantos años, Crista, ya hasta hacías falta, hermanita. — sonrió de lado mientras traía su lanza en forma de cruz en mano—. Aún sigo sorprendida por el hecho que la hija que has tenido junto a Lucifer ha salido con tus mismas ideologías, el de arriba no estaba muy alegre que digamos — murmuró—. Pero eso es lo de menos... Y dime... ¿A qué se debe tu visita a la central?

Cierto, había olvidado por completo el porque estaba aquí presente, pero ahora que me encontraba aquí ya no había vuelta atrás, debía de cancelar por completo los exterminios si quería que mi gente siguiera con vida, no quería un genocidio en los próximos 7 días.

Suspiro antes de hablar y lo miro, lo cual Azrael podía deducir que estaba suplicándole algo que aún no había soltado.

—Bueno... Han pasado muchas cosas últimamente, mi desaparición que era demasiado evidente para el cielo y sé que tú lo sabías, también el hecho que Lilith me estaba drogando y no sé el porqué y que en mis años oculta se han hecho varias reuniones con los príncipes y Overlords, quiero saber que hay ahí, como surgió la idea de los exterminios y como puedo cancelarlo. — apreto mis labios y luego suelto el aire contenido—. Azrael... Esta es mi gente, sé que cometieron errores como tú y yo porque créeme que matar demonios es pecado, después de todo estás asesinando, que hayan pecado no significa que no puedan cambi...

—¿Cambiar dices? — se carcajeó—. Los pecadores no se pueden cambiar, Crista, no hay redención como Charlie quiere hacerlo ver, solo son tontas iluciones que no se pueden lograr. — empezó a acercarse a mí poco a poco con una sonrisa, pero no podía deducir si era sincera si mis poderes no podían ser usados en los de mi misma especie—. Krysthel... Que tú seas un sol en medio de la oscuridad no quiere decir que le darás luz al abismo. Hay cosas que no sabes y créeme que a futuro te sorprenderán.

Me quedé en silencio procesando sus palabras, de verdad no me había gustado para nada escuchar lo que había dicho, fué una opinión egoísta y con tan poca fé que me hacía sentir mal.

Yo quería ser la salvación, quería que no hubiese ningún daño en mi gente, que no se derramara sangre en este lugar más de lo que ya había. El infierno tiene sus cosas malas, es como darle una segunda oportunidad para ser mucho peor a un alma, no hay una salvación o perdón divino, pero yo quería darles una fé, así como Charlie con su hotel podría llegarlos a redimir, solo necesitamos el apoyo del cielo, pero...

Siento como si este no quisiera apoyarnos...

Convencer a los altos mandos solo se consigue teniendo un juicio en el cielo, donde se reúnen todos para debatir y escuchar las opciones de los demás, pero es algo costoso de conseguir si no eres bien recibido en el cielo o no tienes contactos con ellos, Lucifer podría ayudar con ello si se lo pidiera, después de todo toda esa información la conseguí de él. Nunca pensé que después de los Ophanin abría altos mandos como los Serafines, ahí la costaba convencer era a Sera, la Serafín mayor y la más cercana a padre.

—Azrael... Quiero que no haya genocidio... Por favor... Haz algo para cancelar el exterminio... — tomé sus manos—. Sé que todo esto no va contigo, después de todo eres el encargado de guiar a las almas donde van a pertenecer el resto de su no vida, sé que eres alguien cruel y te tomas en serio tu labor, pero... Por favor...