10.

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CRISTA—

Había anochecido hace apenas unos minutos, por lo que Charlie y Vaggie estaban preparando la cena de hoy, ya que le tocaba a Alastor, pero este simplemente no estaba presente. Caminé hacía la cocina con algo de tranquilidad y me recosté en el marco de la puerta, mirado a Charlie cortar algunas verduras mientras que Vaggie mezclaba lo que era un caldo, a lo que sonreí y suspiré alivida.

—Excelente trabajo chicas, desde la sala pude oler este exquisito caldo, no dudo en que sea una delicia. — expresé felizmente mientras caminaba hacía ambas. Tenía la intención de abrazarlas, pero antes que logrará hacerlo, Vaggie retrocede asustada.

—Yo... Eh, Charlie, estaré acomodando la mesa. — dicho esto simplemente salió casi corriendo de la cocina.

Miro a Charlie algo apenada y esta sonríe de lado para luego abrazarme.

Entendía el porqué Vaggie temía de mí, lo que hice quizás no tenga perdón, ya que ví e hice algo que debía. El husmear en su mente no fué lo mejor del mundo y creo que le debo una disculpa, pero no podía negar que quería saber el porqué ocultaba el hecho de que era un ángel. Sé que el infierno no es un lugar agradable y cuando se sepa que es un angel capaz y quieran hacerle daño, por lo que es aceptable que no lo quiera decir.

—¿Te sientes mejor mamá? El golpe que te dió Alastor fue tremendo, pensé que tendrías algo roto, ¿estás bien? — me mira preocupada.

Sonreí y asentí mientras acariciaba su cabeza, ella cerró sus ojos mientras aún sonreía. Se veía tan tierna que no pude evitar jalar su mejilla.

—Cosita hermosa, y pensar que ya tienes más de 200 años, ya no eres la pequeña princesa de mamá, creces tan rápido, cariño. — la abrazo fuertemente causando un quejido de su parte.

—Ma... Má... Me estas abrazando muy fuerte.

Dice mientras me daba pequeños golpes en la espalda. La solté rápidamente.

—Lo siento... Me emocioné. — reí apenada y Charlie imitó mi acción a los segundos.

—Lo sé, sé que te emociona verme crecer, así que no hay problema, sí tú eres feliz, mamá, yo lo seré también, eso tenlo por seguro. Me gusta verte sonreír, te hace lucir aún más bella de lo que ya eres.

Sonrió apenada y empiezo a mover el caldo. Sus palabras habían tenido un gran impacto en mí, después de todo no constantemente escuchaba esas palabras provenientes de ella, ó alguien el cual se preocupara por mi felicidad porque nunca fué así.

Tal vez me hacía sentir especial el hecho que había una sola persona en este lugar que le importaba mi bienestar, la que siempre me daba ánimos cuando estuve decaída, Charlie ha sido la única que se había preocupado por mí, y por ese simple hecho me hacía sentir nostálgica.

¿De verdad Charlie ha sido la única que se ha preocupado de esa manera por mí? Creo que en mis años que estuve casada con Lucifer se le pasó por la cabeza expresar algo tan valioso, incluso en el cielo mis hermanos nunca preguntaron el como me siento, si estaba feliz, o triste, cuando lloraba, recuerdo que me miraban con pesar, pero nunca se acercaron a mí para darme apoyo emocional, siempre fué el presionarme para hacer bien mi trabajo, incluso Lucifer, el cual aunque era el más cercano a mí nunca preguntó por mi bienestar.

Era una situación tan complicada, que aveces me hacía pensar que padre quería que eso fuese así, había notado que solo era una situación que ocurría en mí, ¿Por qué?

Seguí metida en mis pensamientos hasta que sentí un toque en mi hombro, parpadeo un par de veces y miro a Charlie desconcertada, se veía algo preocupada, a lo cual suspira y me da la espalda para seguir cortando las verduras.

ETERNOS | 𝑨𝒍𝒂𝒔𝒕𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora