¡~KokuBowl~!

¡~Oficina~!

Pedido de: YennyMarielaRequenaN, aquí esta tu pedido, espero y sea de tu agrado.
[AU Moderno. Kimetsu Gakuen. ]

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Sus planes y trabajos eran arruinados por Ubuyashiki, pues había enviado a su más leal súbdito para que investigará sobre el paradero de Kagaya. Esperaba encontrar más respuestas y, por fin, poder tener el control de todos aquellos.

Aunque también estar sin la presencia de Michikatsu le llegaba a molestar levemente, pues aunque a veces veía a Douma, él no era la mejor opción para calmar aquellos impulsos que tenía. Michikatsu era el único que podía calmar aquellos tan grandes impulsos que sentía.

Solamente esperaba a ver el rostro de Michikatsu allí en la oficina, (en la cual no había nadie más que la soledad propia) sentir la presencia, la calidez y ver el lindo rostro neutro y serio de su amado súbdito. Quería ver de una vez el rostro y sentir la presencia de su Kokushibo. Pero, no podía gracias a que al parecer la misión que le había otorgado estaba durando más de lo debido, (lamentablemente) aquello le molestaba, le molestaba el tiempo que su Guardaespaldas se andaba tardando.

El tiempo pasaba demasiado lento cuando no veía a Michikatsu, aquello lo enojaba. Gracias al enojo que sintió, apretó los puños mientras le salía una qué otra vena en su frente y parte de sus brazos.

¿Cuando iba a llegar su Michikatsu? Quería que el tiempo se pasará volando, no veía la hora en la que el de coleta podría llegar, quería verlo, anhelaba sentir aquel confortante calor que le brindaba. Muzan estaba algo desesperado, sus venas en la frente y manos se comenzaban a abultar cada vez más, viendo desesperado la puerta para verificar que entrara su Kokushibo.

Escuchaba pasos pero todos pasaban de largo detrás de la puerta, ningún paso se quedaba quieto. Hasta que escuchó unos pasos algo conocidos, percibía una extraña tranquilidad detrás de la puerta. Era su Kokushibo, ¡era su Kokushibo!

Rápidamente se sentó bien y se puso recto en su oficina, esperando a que el contrario preguntara. -Señor Muzan, soy Kokushibo, ¿puedo pasar?- Su voz se oía tranquila y nada temerosa, aquello le gustaba.

-Adelante, Kokushibo- Dijo y vio como la puerta era levemente abierta, sintió como las mariposas de su estómago se estaban alocando, no quería parecer "enamorado", pues no quería humillarse frente a su más leal súbdito.

Michikatsu entró a la oficina, con las manos hacia atrás. Se quedó quieto frente al escritorio, viendo como su Jefe le hacía una seña de que se pusiera a su lado, caminó lentamente hacia al lado de Muzan, para luego bajar la mirada y verlo con confusión. -¿Me necesitaba para algo más, Muzan-Sama?- Muzan sí lo necesitaba para algo más, y sabía que Kokushibo estaría encantado de satisfacer aquella fantasía que tenía en su pecho.

Michikatsu es la persona más leal que conoce, también el más obediente. Si él lo pedía, Kokushibo lo hacía, cualquier cosa que él pidiera, su Guardaespaldas lo resolvería al instante. Si algo le molestaba, su Kokushibo vería la forma más fácil y rápida de alejar aquello que tanto le incomodaba. Simplemente Kokushibo era perfecto ante sus ojos, y debía ser solamente para él.

Y con algo de superioridad en su tono de voz, habló. -Sí, te necesito para algo más.- Al momento de terminar la oración, percibió la mirada de confusión que tenia el de rango superior. Rápidamente escuchó un "¿Podría decírmelo? ¿Algo le incomoda o necesita que corrija algo?" preguntas normales hechas por Kokushibo, pues su deber como Guardaespaldas de Muzan era protegerlo y corregir todo aquello que estuviera de más.