Las suaves caricias de Light en mi espalda proporcionaban cierto alivio en medio de la oscuridad. Al girarme para mirar a la persona que estaba a mi lado, reconocí a la chica que habían llevado antes, la que había sido mordida justo antes de mí. Pero algo en ella me resultaba familiar. Cuando me fijé en su pelo rojizo y en las facciones de su cara, la realidad me golpeó con fuerza: era Marina, la chica que conocí en aquella discoteca.
Su figura demacrada y casi esquelética contrastaba con la imagen vibrante que recordaba de ella. La suciedad y el polvo cubrían su piel, y apenas la reconocí en ese estado lamentable. La sorpresa y la tristeza se apoderaron de mí al verla en esas condiciones, un recordatorio brutal de la crueldad a la que nos estaban sometiendo.
Al verla llorar, no pude evitar sentir una mezcla de compasión y rabia por la situación. La pregunta fluyó de mis labios entre sollozos, y su confirmación fue como un puñetazo en el estómago.
—¿Marina, eres tú?
Asintió con pesar, y sus lágrimas revelaban la angustia y el sufrimiento que había experimentado desde aquel fatídico día.
—¿Cuándo? —pregunté, compartiendo su dolor con mis propias lágrimas.
—El mismo día que te conocí.
Un nudo se formó en mi garganta, ahogándome con la culpa y la impotencia. Si hubiera estado con ellas toda la noche, tal vez habría podido evitar que sufrieran tanto.
—¿Dream, la conoces? —preguntó Light, desconcertada.
—¿Dream? ¿Pero no te llamabas Clarie?
Mis planes se desmoronaron ante la mirada inquisitiva de Light.
No podía arriesgarme a contarles todo con tantos vampiros presentes, así que improvisé.
—Me llamo Dream —dije, enviando una señal a Marina para que me siguiera el juego.
—Es verdad, te había confundido con el nombre de otra chica.
Con una señal discreta, le indiqué a Marina que hablaríamos más tarde sobre este tema. Marina sugirió que descansara, asegurándome de que si algo ocurría, me lo haría saber. Me recosté en sus piernas, cerré los ojos y, a pesar de mis miedos, no tardé mucho en caer en un sueño reparador.
Mi cuerpo, exhausto y maltratado, necesitaba el descanso que tanto tiempo me habían negado.
Un leve toque me devolvió a la realidad, indicándome que era la hora de la comida. Un carrito, repleto de raciones ya preparadas de comida y agua, se desplazaba por el pasillo, distribuyendo la escueta provisión entre nosotros. Cauta y metódicamente, nos entregaron nuestras porciones uno por uno, hasta que el carrito quedó vacío. Con cada movimiento del carrito, la tensión en la celda aumentaba, ya que cada uno aguardaba su turno en silencio, como si el acto de recibir comida fuese un preciado ritual.
Después de completar la distribución, las puertas de la celda volvieron a cerrarse con un sonido metálico, dejándonos de nuevo a oscuras y aislados del exterior. El reparto de comida era un breve intervalo de actividad en un lugar dominado por la desesperanza y el sufrimiento. La monotonía de los días se quebraba momentáneamente, solo para sumergirse nuevamente en el silencio abrumador de la celda.
La celda, aunque oscura y desoladora, se había convertido en mi único refugio donde podía pensar y observar el entorno. La visión de los vampiros con las llaves de las puertas despertó una chispa de esperanza en mi mente. Cada cambio de turno, cada mañana y noche, presentaba una oportunidad para estudiar las rutinas de los guardias y plantear un posible escape.
No obstante, la vigilancia constante en cada esquina planteaba un desafío considerable. La posibilidad de asesinar a cada vampiro uno por uno para salir de allí se revelaba como una tarea impracticable. La idea de salvar a Marina y a Light añadía un peso adicional a mis preocupaciones. Pero ¿cómo escaparía con las dos? ¿Era acaso posible? ¿Y si el infiltrado pagaba por ellas también?
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INEFABLE
Fantasy✨FINALISTA EN LA LISTA CORTA DE LOS WATTYS 2024✨ En dos mundos donde la humanidad y la magia coexisten, una antigua barrera mágica ha mantenido el frágil equilibrio entre Lyre y Hylare durante siglos. Kyra Dragon, una implacable cazadora de criatura...