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Día 10. Canto de sirena.

Resumen: Sasuke fue rescatado por un tritón cuando estaba a punto de morir ahogado. Años después, desea que ese tritón cante para él, pero algo parece no estar bien. ¿Por qué siempre lucía melancólico y solitario?

Día 10: "Canto de sirena"

Takaita Hiwatari

Las suaves olas golpeaban contra el bote cada vez que Sasuke lo impulsaba con los remos. Giró un poco y divisó su destino: una pequeña formación rocosa en mitad del agua, a apenas diez minutos de su hogar, Konoha.

Uchiha Sasuke era el hijo menor, de diecinueve años y un apasionado del océano. Aunque más que apasionado del océano, lo era de las increíbles criaturas que lo habitaban. Desde pequeño se había sentido fascinado por las sirenas y tritones, especialmente desde que, con quince años, fue salvado por una de esas criaturas marinas.

Todo ocurrió una tarde de verano en la que regresaban de un crucero familiar. Estaba en la cubierta principal, observando la inmensidad del océano cuando a sus oídos y los del resto de pasajeros empezó a llegar el sonido de un canto femenino, de voz dulce y melodiosa. A esa voz se unieron unas más, masculinas. En apenas un par de minutos decenas de pasajeros se arremolinaron junto a Sasuke, empujándose unos a otros para intentar ver al reducido grupo de sirenas y tritones sobre una formación rocosa. Al parecer algunos de ellos estaban en medio del cortejo, y no era algo usual de ver para los humanos. Dos tritones cortejaban a una sirena y ella elegiría al mejor.

Sasuke chasqueó la lengua al recibir el enésimo empujón y miró a su alrededor tratando de localizar a sus padres o su hermano mayor. En ello estaba cuando un seco empujón de alguien desesperado que trataba de conseguir una foto antes de que el barco se alejara, le hizo caer del barco.

Entró en pánico al recordar que no sabía nadar. Manoteó desesperado y trató de gritar por ayuda, pero su cabeza estaba más bajo el agua que fuera, y sólo conseguía tragar grandes cantidades de agua salada.

Un par de manos le sostuvieron y en un rápido impulso le sacaron a la superficie. Tosió y desesperado trató de aferrarse a algo, pero estaba siendo sostenido desde atrás.

─No tengas miedo, yo te salvaré.

Manoteando agitado por el pánico, Sasuke logró girar y aferrarse desesperado a la persona que le sostenía.

─¡Ouch! ¡Está bien'ttebayo, no es necesario que me claves las uñas! ─protestó su salvador.

Sasuke por fin se atrevió a mirarle. Era un muchacho tan joven como él, rubio y de ojos azules. Los tritones y la sirena continuaban en medio de sus cantos de cortejo, y para este momento sólo unos pocos pasajeros se habían percatado del par de chiquillos en el agua. Empezaron a alertarse unos a otros, pidiendo ayuda. Los Uchiha casi se infartan al ver al menor de la familia en aquella situación.

Un salvavidas de un llamativo color rojo atado con una cuerda fue lanzado desde la cubierta.

El chico rubio le ayudó a alcanzarlo y sostenerlo. Aferrado al salvavidas y temblando de miedo en lo que algunos adultos descendían del barco con un bote para salvarle, fue consciente de algo. ¿Qué hacía otro chico en el agua? ¿También había sido empujado como él?

Giró para preguntarle, pero el otro tomó la palabra antes que él.

─Aquí estarás a salvo. Ten más cuidado la próxima vez.

Y entonces se zambulló en el agua. Los oscuros ojos de Sasuke resplandecieron de sorpresa al verle una cola de tonos anaranjados. ¡Había sido salvado por un tritón!