El final de febrero trajo consigo un aire de integración para Rania, quien poco a poco comenzaba a sentirse más parte del entorno escolar. Durante la clase de música, se encontró con Brissa, quien le propuso trabajar juntas en un proyecto de canto. Rania, aceptó sin dudarlo pues le fascinaba cantar.—¿Qué pasó Rania? ¿Querés. hacer el proyecto de canto juntas? —propuso Brissa con un ligero acento argentino y con una expresión ilusa.
—¡Claro, me me mola cantar, lo hago a menudo en cada aunque no tengo tan buena voz—respondió Rania, emocionada pero un poco insegura por su voz.
—Okey, igual no te preocupes, con práctica mejorarás, igual ¿Te parece si lo hacemos en el Car? Tienen una sala de canto privada. ¿Te va? —sugirió Brissa.
—¿Ah sí? Pues suena bien, pero según google maps, está un poco lejos de mi casa. —señaló Rania.
—No te preocupes, merece la pena. ¿Te veo allí esta tarde? —preguntó Brissa.
— Vale—confirmó Rania, decidida a no dejar pasar la oportunidad de fortalecer su amistad con Brissa.
Pues pensó que si rechazaba esa propuesta, perdería a su única amiga en Roses.
~~~~Con determinación, Rania montó en su bici y se fue hasta el Car, aunque significara recorrer unos 12 km extra.
Al llegar, encontró a Brissa esperándola con entusiasmo.
—¡Rania, qué bueno que has venido! Estoy emocionada por empezar. —exclamó Brissa mientras la la ayudaba a aparcar su gran bicicleta.
—Sí, yo también. Aunque me he pegado un buen paseo en bici para llegar aquí. —comentó Rania.
—Lo siento, no lo había pensado. Pero me alegra un montón que estés aquí. —respondió Brissa.
~~~~Entre risas y conversaciones, Brissa compartió con Rania su enamoramiento por Moha.
—Tía, necesito tu ayuda. Estoy colada por Moha. —confesó Brissa.
—¿Moha? ¿El moro alto de mi clase? —preguntó Rania, soltando una carcajada.
—Jajaja qué hija de puta, pero sí, ese mismo. Pero parece que pasa de mí. —lamentó Brissa mientras le seguía la burla hacia Mohamee.
—Joder, ¿en serio? No sé qué le ves, si es un tío simple la verdad, ni guapo de cara es. —comentó Rania, sin cortarse un pelo.
Brissa compartió su frustración por el origen marroquí de Moha.
—Además, me revienta la concha que sea moro, nunca me he llevado bien con ellos, dan asco. —expresó Brissa con cierto disgusto.
—¿De verdad? Qué curioso, porque yo también soy mora. —reveló Rania riéndose en su cara.
—¡No me jodas, serás boluda!¡ Re juraba que eras española, no tenés cara de mora! —soltó Brissa, con su mítico acento argentino sorprendida.
—Ya sé, me suelen decir que tengo rasgos españoles,.pero en fin, al final del día, somos todos personas. —reflexionó Rania.
La revelación tomó por sorpresa a Brissa, quien, emocionada, expresó su deseo de aprender palabras de amor en árabe.
—Entonces sabes árabe?—preguntó Brissa sin rechistar.
—obvioo, no me crees o qué?.—le respondió riéndose mientras sacaba el teléfono de su bolsillo.—Pues no sé, sigo sin creerlo, a ver, ponte a hablar.—continuó insistiendo
.
Rania sin decir nada, llama a su madre y pone el manos libres para tener una breve conversación en árabe.
Al termina, Brissa se queda sin palabras y al fin le creyó a su amiga.—Rania, me caes de puta madre. Quiero aprender algunas palabras en árabe para impresionar a Moha. —dijo Brissa emocionada.
—Jaja, claro, puedo enseñarte algunas frases. —respondió Rania con una sonrisa.
Terminaron la clase de canto charlando y conociéndose mejor, con la promesa de una amistad que iba más allá de las diferencias culturales.
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UNTITLED (Una historia real)
RomancePrólogo En el bullicioso instituto, Izan y Brissa provenían de mundos opuestos. Brissa, popular y rodeada de amigos, contrastaba con Izan, un chico tímido que prefería la soledad, marcado por un doloroso pasado. Un día, mientras Izan jugaba al básqu...