En el transcurso de un mes, Rania y Brissa mantuvieron un silencio frío, como si estuvieran separadas por una pared invisible pero impenetrable. A pesar de ello, Brissa aún se comunicaba con Izan, aunque las conversaciones eran cada vez menos frecuentes y Mohamed, con su nueva novia virtual, había desaparecido del radar social.
Para Rania, ese mes fue un período de profunda reflexión y autoexploración. Cada día, se enfrentaba a sus propios demonios, luchando con los recuerdos de las palabras hirientes de Izan y Mohamed. La herida en su corazón se mantenía fresca, y el simple pensamiento de volver a hablar con ellos le provocaba una ansiedad insoportable.
Sin embargo, tras largas noches de insomnio y días llenos de angustia, Rania finalmente llegó a una decisión.
Después de la clase de francés, mientras los pasillos se llenaban de estudiantes que se dirigían en todas direcciones, Rania sintió un impulso repentino que la llevó a seguir a Brissa. Sus pasos la llevaron a un rincón apartado del pasillo, donde la multitud se disipaba y el murmullo de las conversaciones se desvanecía en el fondo.
Con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, Rania se acercó a Brissa, quien se detuvo al sentir la presencia de su amiga. Hubo un momento de tensión silenciosa mientras se miraban el uno al otro, como si estuvieran evaluando el peso de las palabras que estaban a punto de compartir.
Finalmente, fue Rania quien rompió el silencio, sus palabras saliendo en un susurro apresurado pero sincero.
—Brissa, lo siento.—dijo, sus ojos llenos de arrepentimiento y anhelo por reconciliarse.
—Lo siento mucho por todo lo que ha pasado entre nosotros. No quiero perder nuestra amistad.—dijo mirándola al rostro nerviosa.
Brissa la miró con sorpresa y ternura, sintiendo el peso de las palabras de Rania en el aire tenso entre ellas. Lentamente, una sonrisa tímida se curvó en los labios de Brissa mientras extendía una mano para tocar el brazo de Rania con suavidad.
—Rania, también lo siento.—respondió con voz suave pero firme.—Estoy tan feliz de que estemos hablando de nuevo, extrañaba hablar con vos.
Las dos amigas se miraron el uno al otro, compartiendo un momento de complicidad y perdón mutuo. En ese pequeño rincón del pasillo, dejaron atrás las tensiones del pasado pero de un momento a otro, Brissa se terminó yendo en ese instante al médico. Dejando a Rania atrás sin más que decir.
A medida que se separaban, una sensación de alivio y esperanza llenaba el aire alrededor de Rania. Sabía que aún tenía mucho trabajo por delante para reconstruir su amistad, pero por ahora, estaba decidida a dejar el pasado atrás y mirar hacia un futuro más brillante junto a ella.
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UNTITLED (Una historia real)
RomancePrólogo En el bullicioso instituto, Izan y Brissa provenían de mundos opuestos. Brissa, popular y rodeada de amigos, contrastaba con Izan, un chico tímido que prefería la soledad, marcado por un doloroso pasado. Un día, mientras Izan jugaba al básqu...