El 28 de marzo marcaba el cumpleaños de Brissa, un día que solía ser motivo de alegría y celebración, pero esta vez, estaba teñido de tristeza y decepción para Rania.La mañana transcurrió sin mucho alboroto.
En el grupo de WhatsApp, la conversación era escasa. Mohamed apenas se asomaba, sumido en su romance virtual de Roblox, mientras que Izan parecía haber desaparecido por completo. Solo Brissa mantenía una leve chispa de interacción, pero incluso eso era insuficiente para llenar el vacío que se había formado.Por la tarde, Brissa propuso la idea de ir al cine para celebrar su cumpleaños. Rania, resignada a su destino de exclusión, no pudo más que asentir. ¿Qué importaba su ausencia de todos modos?
Mientras Brissa y los demás se dirigían al cine, Rania se quedaba sola en su habitación, sintiendo el peso de la soledad. Observó las horas pasar en el reloj, preguntándose si la estarán pasando bien.
Finalmente, cuando la noche cayó y el silencio envolvió su habitación, Rania decidió enviar un mensaje a Brissa. Quería saber cómo había sido su celebración, aunque temía la respuesta.
Conversación en WhatsApp:
Rania: ¿Cómo estuvo el cine?
Brissa: Fue... bien, supongo. Solo fuimos al cine, nada especial.
Rania: ¿Solo eso? ¿No hicieron nada más por tu cumpleaños?
Brissa: No, la verdad es que no. Ni siquiera me regalaron algo.
Rania: ¡¿Qué?! Eso es una mierda. Deberían haberte hecho sentir especial en tu día.
Brissa: No pasa nada, en serio. La compañía de ellos dos ya era suficiente.
Rania: No, Brissa, no deberías conformarte con tan poco. Mereces más que un simple viaje al cine.
Brissa: No tienes por qué meterte, Rania. Fue mi decisión.
Rania: Pero no es justo. Deberían haberte tratado mejor, especialmente en tu cumpleaños.
Brissa: Déjalo ya, Rania. No quiero pelear contigo por esto.
Rania: No quiero pelear, solo quiero que entiendas que mereces más. Y si no pueden dártelo, entonces no son verdaderos amigos.
Brissa: Eso no es justo, Rania. No puedes juzgarlos así.
Rania: Lo siento, Brissa. Solo quiero que te des cuenta de tu propio valor.
Brissa: No necesito tu consejo, Rania.
Rania: Lo siento, Brissa. No era mi intención causar problemas. Pero no puedo ignorar lo que creo que es injusto.
Brissa: Entiendo cómo te sientes, pero esto no es asunto tuyo.
Rania: Espabila, Brissa. Ojalá las cosas fueran diferentes.
Después de la conversación, Rania se salió del grupo y bloqueó a Brissa sin rodeos. La decisión estaba tomada, y aunque doliera, Rania sentía que era lo mejor para su propia paz mental.
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UNTITLED (Una historia real)
RomansaPrólogo En el bullicioso instituto, Izan y Brissa provenían de mundos opuestos. Brissa, popular y rodeada de amigos, contrastaba con Izan, un chico tímido que prefería la soledad, marcado por un doloroso pasado. Un día, mientras Izan jugaba al básqu...