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"THREE"






























Ya habían pasado varios días, era viernes y Hae-in sentía que estaba perdiendo la cabeza cada vez más. Las apariciones de aquellas monedas siguieron, las encontraba en todas partes; entre las sábanas de su cama, en la cocina, la sala, el ascensor, escaleras, en la escuela... no mentía al decir que tenía todo un frasco lleno con esas cosas. Aquél hombre también seguía apareciendo, era tanta su presencia que la chica ya no sabía cuando estaba dormida o despierta, hubo un punto en el que estuvo a punto de lastimarse a si misma al no reconocer el mundo real al de los sueños -pesadillas en éste caso-.

No se había atrevido a invocar a Yunho, sabía que tener la Daga de su lado no la hacía superior ni por poco, mucho menos invencible, solo le daba cierta ventaja. Pero a éste punto haría lo que sea para detener lo que le sucedía, incluso negociar su paz con el Diablo.

Si a sus dieciséis años le hubiesen dicho que seguir su pasión por la historia de objetos antiguos la pondría en ésta situación, posiblemente habría seguido las espectativas de su madre de convertirse en Abogada, quizá eso también habría evitado que la marginaran de la familia.

ㅡ No son dulces, toma solo una por las noches antes de acostarte, ¿entendido?

Hae-in asiente pesadamente ante las palabras del Doctor y toma el frasco de pastillas que le da, pastillas que con suerte la ayuden a volver a dormir más de dos horas. Guarda el frasco en uno de los bolsillos de su abrigo y al salir del consultorio camina por el largo pasillo del hospital hasta la salida.

Sí, estaba tan mal que tuvo que acudir a una consulta médica para conseguir algo que la ayude a conciliar el sueño sin despertar cada diez minutos.

Ya fuera del hospital, se ajusta bien el abrigo y la enorme bufanda alrededor de su cuello y cabeza, saca su celular y entra a la aplicación de taxi para solicitar uno. En menos de cuarenta minutos tenía que estar en el museo para cubrir su turno nocturno de los viernes.

La chica resguarda sus manos en los bolsillos y echa la cabeza hacia atrás para mirar el cielo que ya no tardaría nada en oscurecer, permanece con la vista entre las pocas estrellas que comenzaban a aparecer hasta que un auto estaciona frente a ella y la bocina la hace volver en sí para subir al coche luego de corroborar que se trata del que ella solicitó.














🗡️











ㅡ Hae-in, ¿puedes guiar a ésta pequeña al sanitario? ㅡla nombrada intercala miradas entre Seun -encargada de dar los recorridos a los visitantes- y la niña a su lado. Estaba por negarse a aquello, el mínimo contacto con los niños era algo que Hae-in evitaba a toda costa, no le gustaba convivir con esos demonios, pero la mujer no le da tiempo a inventarse algo para zafarse de ésta.ㅡ Luego la llevas a la sección de Astronomía, gracias.

Y sin más se retira.

Hae-in baja la mirada hasta la niña, quién la observa atentamente, casi sin parpadear y eso le envía un escalofrío a la mayor, en serio no le gustan los niños.

ㅡ Bien, sanitarios, claro... por aquí. ㅡtorpemente le hace una seña a la niña para que la siga, y la pequeña lo hace inmediatamente.

ㅡ Eres muy bonita. ㅡla chica se sobresalta al escucharla hablar de pronto, y solo atina a sonreír nerviosa ante lo dicho.ㅡ ¿Tienes novio?

C O N T R O L  |  J. YUNHOWhere stories live. Discover now